El rey Felipe VI ha recibido en la tarde de este martes al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la última de sus siete entrevistas con dirigentes políticos antes de decidir qué candidato propondrá para que se someta en el Congreso a la investidura como presidente del Gobierno.
Tras haberse reunido esta mañana con el presidente de Vox, Santiago Abascal, y con el presidente el Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el jefe del Estado se reúne en su despacho del Palacio de la Zarzuela con Feijóo, último encuentro antes de decidir a quién propondrá como presidente.
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Abascal ya dijo al rey esta mañana que apoyará a Feijóo, aunque a condición de que no colabore en el “cordón sanitario” al que se pretende someter a Vox; también Coalición Canaria ha garantizado su voto al dirigente del PP, al igual que UPN.
De este modo, Alberto Núñez Feijóo ha acudido a su reunión con el monarca con 172 votos procedentes de los 137 diputados populares, los 33 de Vox, y los dos de UPN y CC. Por su parte, el socialista Pedro Sánchez, que esta mañana manifestó a Felipe VI su voluntad de someterse a la investidura, cuenta por el momento con los 121 votos de los diputados socialistas y los 31 de Sumar, lo que suma 152 escaños.
Todavía quedan por definirse los otros partidos que en teoría pueden respaldar al candidato socialista, como ERC, el PNV, Junts o EH Bildu, si bien Sánchez ha asegurado al jefe del Estado que dispone del “respaldo parlamentario” suficiente para su investidura.
Tras haber recibido ayer al presidente de UPN, Javier Esparza, a la diputada de CC, Cristina Valido, al portavoz del PNV, Aitor Esteban y a la líder de Sumar, Yolanda Díaz, el rey completa hoy su ronda de consultas y ahora deberá decidir cuál es su propuesta para la investidura.
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El artículo 99 de la Constitución establece que, “después de cada renovación del Congreso de los Diputados, el rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”.
Por tanto, la Carta Magna no determina que deba ser candidato el ganador de las elecciones, simplemente relata que será investido presidente quien logre la confianza del Congreso, sea en una primera votación con mayoría absoluta o en una segunda con más votos a favor que en contra.
Aún cuando es el Congreso quien elige al nuevo presidente del Gobierno, el rey es el que decide quién se someterá al debate de investidura. Hasta ahora, la decisión era sencilla y había un único candidato sobre la mesa, el más votado en los comicios, y otra cosa es que después su candidatura prosperase o no en la votación del Congreso.
Sólo un vez, en enero de 2016, el ganador de las elecciones comunicó al rey que renunciaba a ser candidato al considerar que no tenía votos suficientes: Mariano Rajoy. Ello obligó al jefe del Estado a organizar una segunda ronda de consultas y acabar dando la oportunidad a quien quedó segundo, Pedro Sánchez, que no logró ser investido.
Ante la indeterminación, esa ronda de consultas cobra especial relevancia, pero cuatro de los partidos con los que cuenta Pedro Sánchez se han borrado de la lista y no han acudido a Zarzuela a informar de sus planes.
La decisión
Con la información que le hayan trasmitido los representantes políticos en la ronda de consultas, el Rey volverá a llamar a Zarzuela a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, para comunicarse su decisión, el nombre del candidato que propone para someterse al debate de investidura: podría proponer a Feijóo, darle la oporturnidad a Sánchez o ampliar las rondas de consultas.
Si decide encargar a uno de los lídres del PP y PSOE la investidura, empezará la cuenta atrás para organizar el debate, aunque no podrá ser antes del 28 de agosto, que es cuando la Mesa del Congreso certificará el listado de grupos parlamentarios de la XV Legislatura, un trámite del que dependen ERC y Junts, que no cumplen los requisitos que establece el Reglamento para su formalización.
En caso de bloqueo político, la fecha de la primera votación del debate de investidura es clave, ya que determinará el día que en que celebrarían unas nuevas elecciones generales. En concreto, si la primera investidura fallida se vota el 30 de agosto, una eventual repetición de elecciones tocaría el 17 de diciembre, pero si se retrasa, ya tocaría votar en Navidades si al final pasan dos meses sin que nadie sea elegido presidente.
Información elaborada por Efe y Europa Press