Álvaro Pombo: "Me quedan historias por contar, pero no sé si muchas"

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Santander, 22 ago (EFE).- El escritor Álvaro Pombo ha recibido este martes el Premio Internacional Menéndez Pelayo, que reconoce una extensa carrera que a sus 84 años, no ha terminado aún, porque le quedan "historias por contar", aunque ha confesado que no sabe "si muchas".

"Mientras la conciencia se despieza, van apareciendo historias", ha señalado Pombo en una rueda de prensa previa a recibir este galardón, "el más importante" de su carrera y que le han otorgado en el Palacio de La Magdalena, en Santander, la ciudad que le vio nacer.

A sus 84 años, ha bromeado que le "quedan unos seis a todo tirar", "con suerte un poco más" pese a sus "achaques" como su incipiente sordera, que le ha impedido escuchar bien la laudatio que le ha dedicado el profesor Fernando Valls.

"Me voy a tener que comprar un sonotone con los 20.000 euros del premio", ha señalado Álvaro Pombo, quien ha avanzado que ya está trabajando en una novela sobre el general Manuel Fernández Silvestre y el desastre de Annual, un tema del que ha asegurado, "se ha hablado muy poco en España".

Las guerras de África forman parte de las "muchas historias" que Álvaro Pombo quiere seguir escribiendo, unos sucesos que quiere "contar bien" a través de la ficción histórica, que ya tocó en su última novela, 'Santander 1936' y con la que espera "cuadrar una imaginación dispersa".

"Si no escribo otro libro me come la miseria", ha afirmado Pombo, quien ha asegurado estar "en vilo", un estado en el que "se nos ocurren cosas" algo "muy español", ha subrayado, como ser "poco institucional".

Preguntado por la escritura de la Guerra Civil el autor ha considerado que existe un "temor" en los escritores, literatos y cineastas por "ser o parecer de derechas". "Les gusta parecer de izquierdas", ha opinado.

Esto responde a que "la izquierda parece más ética que la derecha", según Pombo, quien ha asegurado que esta concepción sobre la ideología "es un error".

"Endomingado" como cuando iba a misa de joven, el escritor ha recibido el Premio Internacional Menéndez Pelayo por su "lectura de la compleja realidad del mundo" y reflexionando sobre la relación entre los escritores y los galardones. "Dependemos de los premios para sobrevivir", ha considerado.

En declaraciones a los medios ha "declarado" su "amor" por Santander, una ciudad que ha confesado, "ya había olvidado" pese a haber "recorrido todo esto de chaval" y que no ha visitado mucho en los últimos años por ser "sedentario".

"He hablado mucho de Santander, pero había dejado de visualizarlo", ha apuntado el escritor, quien ha descrito el paisaje de la ciudad como el de "una inmovilidad móvil" con "una especie de luminotecnia" que no sabe si pone "Dios o el propio cielo".

Además, ha reivindicado el sedentarismo y "tirar el mapa" frente a las ansias de viajar y ha llamado a "disfrutar" de lo que se tiene. "Esto de que se vaya la gente a Tailandia a ver la Luna me pone de los nervios", ha señalado. EFE

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