Ada Santana, la diputada que representará a la Generación Z en el Congreso y la más joven de esta legislatura

Con el inicio de la nueva legislatura, el Congreso de los Diputados se renueva y entran nuevas caras y perfiles para representar a los ciudadanos. En esta XV legislatura, el número de mujeres desciende, aunque es la segunda con más mujeres en el hemiciclo. Además, más de 150 diputados son novatos y otros tantos vuelven al Congreso después de un tiempo alejados de la Cámara Baja.

Una de las diputadas que se estrenó ayer es Ada Santana, la diputada más joven del parlamento y del PSOE. Con 25 años formó parte de la llamada ‘Mesa de Edad’, ese instrumento que el Congreso utiliza como puente entre la Mesa de la anterior legislatura y la Mesa del periodo entrante. La propia Santana reconoció ante los medios de comunicación que su edad no supone un handicap, sino todo lo contrario, un reto para convertirse en la voz de toda una generación en la sede de la soberanía nacional, la voz de la Generación Z.

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Santana es natural de Las Palmas de Gran Canaria, comenzó muy joven su actividad política y, con 18 años, se afilió a las Juventudes Socialistas de Gran Canaria. Se identifica profundamente con los principios del PSOE, aunque reconoce que fue complicado dar el paso a la política institucional al carecer de “referentes” en su familia que hubieran participado activamente.

Santana ejerce como secretaria general de las Juventudes Socialistas de Canarias, pero también fue presidenta del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, participó en distintos órganos estudiantiles a nivel nacional y presidió la Federación de Mujeres Jóvenes de España. En ambas aventuras, reconoce, se forjó como oradora y persona comprometida y también les agradece haber llegado a diputada.

La diputada socialista, graduada en Derecho, cree que es muy categórico decir que la gente joven no se interesa por la política, que no creen en las instituciones y que, por el contrario, su voz cada vez se escucha más: “Los jóvenes tienen cada vez más interés, son bastante reivindicativos, y se han movilizado en marchas feministas, LGTBI o de concienciación medioambiental”. “Esa apatía no es un problema generacional, no se concentra en la población joven, sino que es de toda la sociedad”, defiende.

Es por ello que se siente motivada con su recién estrenada acta de diputada y espera poder convertirse en la bandera que represente a toda una generación, ya que es evidente “la poca presencia que tenemos las personas jóvenes en las instituciones, aunque cada vez sea mayor”.

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Pese a ello, no se considera un ejemplo a seguir, “eso es una losa demasiado pesada”, pero sí que anima a la juventud, tenga la ideología que tenga, a “trabajar en base a sus valores, a lo que ellos crean” para unirse y encarnar entre todos a esa población que ha sido infrarrepresentada en las instituciones hasta la fecha.

“La juventud es positiva, porque aportamos aire fresco, nuevas ideas, ilusión y ganas de aprender. Y las personas mayores aportan una estabilidad y un conocimiento importante, que deben complementarse. La intergeneracionalidad es vital”, asegura Santana.

Sus restos para la legislatura que arranca considera que son los de su generación: la vivienda y la salud mental, que es “una de sus grandes banderas”. Precisamente, una de las normativas que quedó pendiente por el adelanto electoral fue la Ley de Vivienda, que se tramitaba en el Congreso y que tendrá que retomarse una vez se constituyan de nuevo las Cortes.

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Sobre ello, la diputada socialista espera que sea algo más difícil sacarla adelante, no solo por la nueva aritmética del Congreso, sino también por la situación en la que quedó el Senado tras las elecciones del 23 de julio, con mayoría absoluta del Partido Popular, aunque ve “positivo” que se puedan debatir propuestas y dialogar con las formaciones políticas ahora representadas.

En cuanto a la salud mental, también será una de las reivindicaciones que más pelee en su periplo por el Congreso. Y es que Santana tiene claro que es necesario “lograr un acceso público y gratuito para todas las personas” a la salud mental, “que debe ser un derecho y no un privilegio”, puesto que en la actualidad mucha gente joven “dejan de comer para poder ir al psicólogo”, algo que no puede ser “concebible”.

Información elaborada por la Agencia EFE

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