"¡Larga vida al trash!", el libro que reivindica al padre de la cultura trash, John Waters

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Madrid, 28 jun. La filmografía de John Waters al completo, desde su inicio con "Multiple Maniacs" (1970) hasta "Los sexoadictos" (2004), y su papel como padre de la cultura "trash" se reivindican en el libro "¡Larga vida al trash!", la mayor retrospectiva en castellano de la obra del director hasta la fecha.

Sus orígenes con sus primeras producciones en su natal Baltimore, su "fascinación" por la serie B, su llegada al "mainstream" o la forma en que ve el sexo en su cine son algunos de los asuntos que aborda la antología, según explica Javier Parra, coordinador de la obra y autor de uno de sus capítulos, en los que diez autores desgranan todos sus filmes.

"La forma en la que mucha gente abrazamos la figura de John Waters viene un poco por el punto desde donde lo ves. Si lo ves desde una parte disidente, contracultural, si estas interesado por el cine 'underground', o si eres una persona no heterosexual... Son elementos que hacen que estés más predispuesto a conocer el cine de John Waters", explica a EFE Parra.

Junto a él, autores como el guionista Álex Mendíbil, la periodista Valeria Vegas o la youtuber Esty Quesada ("Soy una pringada") ponen en relieve su intento por dinamitar el cine de Hollywood desde el margen con cintas como "Pink Flamingos" (1972), su obra magna, y más tarde desde dentro la industria, con filmes como "Hairspray" (1988).

"Él salió a las calles, grabó con sus amigos y con la gente más rara de Baltimore y eso es lo que tiene valía porque cualquiera se podría haber enfadado y haberle metido un tiro, en Estados Unidos", señala Quesada, quien aprendió de Waters "que se podían sacar a la luz todas estas cosas que pensamos que son horribles" y a cuyo cine debe su estética "over the top" (excesiva).

Asimismo, Quesada subraya su capacidad de permanecer en el limbo entre lo cultural y lo integrado, tema fundamental de su capítulo dedicado a "Hairspray", y que atribuye a su carácter "pasado de rosca" que le lleva a retratar a "una madre suburbana que mata a gente que le ha chocado en el supermercado", en "Los asesinatos de mamá" (1994), o a incluir escenas de bestialismo en "Pink Flamingos".

Para Mendíbil, encargado del capítulo dedicado a esta última película, la prevalencia de "Pink Flamingos" radica precisamente en la "claridad" con la que analiza su entorno, "con unos ojos completamente frescos, ácidos e inteligentes".

"Hay muchos mitos de los setenta y ochenta que se han quedado viejunos, pero él no. Él está pendiente de la actualidad y la disecciona con una finura increíble", recuerda.

Por este carácter aún rupturista, Mendíbil recomienda a los que se acerquen a "¡Larga vida al trash!" (editorial Dos Bigotes) que se dejen seducir por algo que, "aunque les suene muy lejano, les va abrir la cabeza, a sorprender y a hacer ver el trash y la serie B de una manera que a lo mejor no se han planteado todavía". EFE

sln/aga/aam

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