Una inversora presume de alquilar un piso a estudiantes por 2.200 euros que antes costaba 800: “Tengo una pepita de oro”

La crisis de la vivienda tiene dos caras: la otra es la de aquellos para los que esto no es una crisis, sino una mina. Lo delicado y capital del asunto es que se trata de un derecho constitucional, el de tener un lugar digno en el que vivir, sobre el que en este momento impera el mercado e incomparece la política.

El Gobierno, si bien la competencia directa es de las comunidades autónomas, se comprometió a resolverlo. Hasta la fecha, los precios se lo llevan por delante como hacen con todos los que confiaban en poder permitirse un techo habiendo hecho su parte: se han formado y tienen un empleo, o varios.

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Con todo, siguen necesitando resguardo, con alquileres por las nubes -un 9,9% más en mayo-, y tratar de llegar a fin de mes. Ahorrar pasó a la historia para el común de mortales. En especial para los jóvenes, con motivos para saberse con más obstáculos de los que tuvieron sus padres.

Si hay conflicto en España es por un escenario hostil: compra vivienda quien ya goza de una y lo hace para lucrarse con ella, aumentando el coste para quien no dispone de ninguna. La compra se impone como prioridad dados los alquileres, que son a su vez el gran problema para emprender la compra.

Y mientras unos pierden, otros ganan. Quienes ganan arriesgan su capital y aprietan para obtener un beneficio. Pero en un estado de necesidad como el que impera, ciertas manifestaciones no hacen sino encender más los ánimos, como ocurre estos días en redes sociales con las palabras de una inversora.

Helena Soto, empresaria y divulgadora, concedió una entrevista en tono de conversación con Eduardo Acevedo, íntegra en su canal en YouTube, dirigida a otros inversores o personas con esta inquietud. Un producto de nicho. Pero también ha llegado al otro lado, generando indignación.

De TikTok ha saltado a otras plataformas, especialmente a X, donde se suceden intolerables insultos y amenazas. “Si la veo por la calle le busco la ruina, menuda hija de puta”, dice uno de los post más compartidos y comentados. En la entrevista, Soto se limita a explicar su estrategia de negocio.

Soto, puede leerse en su página web, “fundó su primer negocio con 25 años, sin dinero y partiendo de cero. A día de hoy, lidera un exitoso grupo empresarial compuesto por varias compañías, en los sectores de real estate, tecnología, formación y creación de contenidos”.

Explica Soto a Acevedo que apostó “por un sector con muy bajo riesgo de impago, que son los estudiantes, porque en el alquiler de habitaciones los padres siempre pagan”. Con la certeza de que no tendría problemas de cobro, dio un paso más, costoso, para sacar más rendimiento a su inversión.

Lo explica así: “Una vivienda que se estaba rentando en 800 euros al mes en alquiler tradicional. La compré, la reformé y con la reforma, de cuatro habitaciones sacamos cinco y una zona común muy chula. Conseguí alquilar cada habitación como en una media de 450 euros y pasé a una renta de 2.200″.

Visto desde su perspectiva, logra sacar a una vivienda cerca de tres veces más de lo que aportaba. Visto desde la otra, una vivienda en la que antes cuatro estudiantes podían vivir por 200 euros cada uno, ahora en esos mismos metros cuadrados conviven cinco y abonan -sus padres- más del doble.

“Multipliqué por tres la rentabilidad y me dije: ‘este negocio es increíble’”, explica Soto. “Ya en ese momento -explica- dices ‘vale, aquí tengo una pepita de oro, ¿cómo lo puedo escalar’? Y ahí te encuentras con la parálisis bancaria. Yo me tuve que endeudar porque no tenía nada ahorrado".

Soto asegura que “no tenía ni para la entrada”. ¿Cómo lo hizo? “Cuando el negocio es bueno -responde-, el dinero viene. Yo no lo tenía, pero alguien lo tendría. Busqué en mi círculo cercano y si no encontraba a nadie con 20.000 euros, pues encontraría a cuatro con 5.000. Al final es financiación creativa”.

En uno de los ganchos o reclamos de la entrevista, Acevedo comparte una reflexión en la que subraya que no son perfiles como los suyos los que están dejando a la gente sin una casa: “¿Somos nosotros los especuladores, que estamos poniendo soluciones a una cosa que el sistema no está poniendo solución?"

Para él, “la iniciativa privada es la que pone soluciones y aún así te ponen los palos en las ruedas”. “Si la legislación no nos apoya -advierte-, nos vamos, y si nos vamos no generamos oportunidades para que la gente pueda vivir dignamente”, zanja. Soto añade: “Que te llamen especuladora solo pasa en España”.