
Hasta el restaurante de First Dates han llegado este martes dos andaluces con las ideas claras, mucho en común y ganas de pasarlo bien. La primera en abrir la puerta era Mamen, una granadina que se dedica al mundo de la venta de ropa que se definía como una mujer muy coqueta.
A sus 37 años contaba que tiene dos hijas y que ya era abuela de una niña de un año y medio y de “otra que viene en camino”. “Una mujer abuela con 37 años no se ve todos los días. Y con este tipazo menos”, decía de sí misma sin poder contener la risa.

Decía que quería conocer a un hombre “moreno, alto y con tatuajes”, pero sobre todo que fuera buena persona, “pero te digo una cosa, me llena más un corazón que un físico”, añadía. Según contó Mamen, estuvo "casada 21 años y me puso muchos cuernos. La vida está para disfrutar y no para estar aguantando y amargada".
Para compartir su mesa llegó Juan Carlos, un sevillano de 39 años que trabaja como repartidor y confesó estar muy nervioso. La primera impresión fue buena, especialmente por parte de él, que se quedó “impresionado”. “Tiene un cuerpazo”, comentaba el soltero. “No es feo, es apañado”, decía la granadina por su parte de él.

Si bien parecía que la historía podía ir por buen camino, la cosa se torció cuando Mamen quiso jugar a que Juan Carlos adivinara su edad. Pese a los esfuerzos del sevillano para atinar con la respuesta correcta, le terminó echando 39 años, dos más de lo que tiene.
"Se ha pasado, no me ha gustado nada. ¡Me ha matado!“, sentenciaba la soltera. Por eso, tras ver su cara Juan Carlos sabía que iba por mal camino. ”La he cagado”, reconocía.
Y es que él estaba muy nervioso, algo de lo que era consciente, pero sobre lo que no podía hacer nada. “No me gusta mucho Juan Carlos porque lo veo demasiado cortado y tengo que sacarle las palabras. A mí me gusta un hombre con más seguridad”, decía ella a cámara, confesándolo a los espectadores.
Pese a ese problema tenían mucho en común: el flamenco, el baile y disfrutar de sus hijos. Si Mamen tiene dos hijas, Juan Carlos es padre de tres niños, aunque de edades mucho menores. Si bien podrían formar una familia al estilo de Los Serrano, la de Granada lo tenía bien claro.
“Es perfecto para cualquier chica, pero para mí, no, no me gusta”, decía ante la cámara. Y a él, que sí quería darle una segunda oportunidad, le confesaba que el problema es que “no me gusta mucho porque es muy cortado y tengo que sacarle las palabras y a mí me gusta un hombre echado para adelante". Eso sí, le ha dicho que podían quedar en plan amigos.
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