Un proyecto sin precedentes: una localidad quiere desviar los recursos del agua para preservar un río amenazado por la sequía

En Francia temen que el río Charente se acaba secando al completo y están buscando una solución

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Una vista aérea muestra un
Una vista aérea muestra un brazo del río Loira (REUTERS/Stephane Mahe)

La sequía es uno de los grandes problemas medioambientales que preocupan a las naciones. El calentamiento global sigue dañando el planeta, y la falta de agua comienza a ser muy pronunciada, de manera que se tienen que buscar métodos alternativos. Los ingenieros hidráulicos idean todo tipo de planes que permitan conservar el agua sin que su construcción traiga más consecuencias negativas que positivas.

Una de las últimas ideas más novedosas es desviar los recursos del agua con la intención de preservar un río que se encuentra en un muy mal momento en lo que a caudal se refiere. Se trata de un proyecto inédito que pretenden llevar a cabo en el centro de Francia, y cuyo resultado podría determinar el descubrimiento de una novedosa y efectiva idea, o de un intento fallido.

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Un río grande e importante

El río Charente tiene 380 kilómetros de longitud. Es uno de los ríos más amenazados por el cambio climático, sufriendo tramos de grandes sequías. En Francia, observando la tendencia y analizando datos sobre el futuro, temen que en unos años pueda llegar a secarse por completo.

Los periodos de sequía están aumentando y las aguas subterráneas ya no se recargan lo suficiente. El problema medioambiental tiene su efecto en todas las etapas y lugares donde hay agua, y estos efectos se trasladan de unos a otros. Según los estudios del organismo público Cuenca de Charente, el caudal podría disminuir en un 30% de aquí al año 2050.

En los años más secos podría haber un déficit de hasta 102 millones de metros cúbicos de agua. Esto supone prácticamente una desaparición del río o, por lo menos, una completa transformación y una gran pérdida de su utilidad.

El Charente es vital para el abastecimiento de agua potable de muchas zonas. La ciudad costera del suroeste de Francia, La Rochelle, ya no puede utilizar su agua local, contaminada por un pesticida prohibido desde los años 70. Desde que se descubrió este desperdicio, extrae su agua del río Charente, a pesar de estar a 60 kilómetros de la ciudad.

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El proyecto más innovador

En Francia, parecen haber dado con una solución, aunque se trata de un proceso algo arriesgado. Este proyecto de una gran envergadura reúne a distintas comunidades, como Corrèze, Charente, Charente-Maritime, Dordogne, Haute-Vienne y la región Nouvelle-Aquitaine.

La idea se basa en transferir parte del agua de los ríos Dordogne y Vienne a los lagos de Haute Charente. Esto permitiría abastecer el río y frenar su sequía. Los datos que se han sondeado son de un desvío de alrededor de 30 millones de m³ de agua, que es el equivalente al consumo anual de 550.000 habitantes.

No obstante, todavía es un proyecto por cerrar. Podría llevarse a cabo durante un proceso de cuatro años, pero la fecha de la que se habla para su llegada es del año 2035. Todavía se encuentra en la fase inicial de evaluación, pues se debe estudiar cuáles pueden ser sus consecuencias ecológicas o cómo de viable es realizar un traslado de tal cantidad de agua.