Firma de la herenciaLas herencias tienen una cara oscura cuando los sucesores tratan de aprovecharse y conseguir mayor beneficio. Las disputas familiares o los intentos de manipular las decisiones del fallecido representan una parte de las sucesiones que se producen tras un fallecimiento. Por desgracia, no siempre es tan sencillo como seguir la voluntad de la persona que ha perdido la vida.
No obstante, el derecho contiene un mecanismo que trata de evitar estos casos y proteger los deseos del fallecido. Las personas que lleven a cabo acciones contrarias a la legalidad, los derechos o el respeto jurídico, pueden acabar excluidas de cualquier herencia, a pesar de que partan con un derecho para solicitarla.
La indignidad sucesoria es un concepto jurídico que permite suspender el derecho a heredar a aquellos individuos que realicen comportamientos inmorales o delictivos a la persona fallecida o con intención de beneficiarse con su legado. Es una sanción legal basada en una serie de principios éticos y morales.
De esta forma, un heredero puede desheredar a otro aunque el testamento no lo concrete, si es capaz de demostrar una de estas faltas. Sin embargo, se trata de algo altamente complicado, pues debe presentar pruebas muy fiables y basarse en causas recogidas por el Código Civil.
Entrevista a David Jiménez, abogado especializado en herencias. En concreto, la ley recoge un conjunto de acciones que considera incompatibles con el derecho de heredar. Dentro de estas opciones encontramos los delitos contra la vida, contra el honor o los realizados buscando obtener los bienes del fallecido. También puede incluir las manipulaciones que tratan de cambiar la voluntad testamentaria, aunque puede ser muy difícil de demostrar.
Un tribunal decidirá si las pruebas presentadas son suficientes para aplicar esta idea y desheredar a una persona. Pero, como explica el abogado David Jiménez a Infobae España, es muy complicado de demostrar. Se realizará un análisis profundo para el que hará falta “presentar pruebas muy contundentes”. Un delito de sangre, como es matar a tus padres, es un caso evidente. Aunque hay más posibilidades y menos extremas, resulta complejo de conseguir.
Este concepto busca proteger a los fallecidos y corroborar que la herencia no solo está ligada a los vínculos familiares, sino también a una cuestión de comportamiento y ética. Aún así, algunos profesionales ven demasiado complejo lograr demostrar estas actitudes de manera que se aplique esta normativa.
¿Caduca un testamento? Los casos en los que no sirve para repartir una herencia Hay varios métodos y diferentes situaciones que pueden desembocar en que una persona pierda el derecho de recibir bienes monetarios o materiales en una sucesión. Este concepto de indignidad puede confundirse con la desheredación, pues ambos tienen la misma consecuencia, pero tienen varias distinciones.
La fundamental es que mientras la indignidad nace a partir de una denuncia planteada por otro heredero o una persona externa, la pérdida de la herencia más habitual depende de la voluntad del testador. Es decir, la persona, antes de fallecer, decide excluir a un heredero, por factores personales que se han producido durante su vida.
De esta manera, la otra gran diferencia es que la indignidad conlleva un proceso legal más laborioso. La desheredación depende de la decisión de una persona, aunque debe cumplir con ciertos parámetros. La indignidad depende de un tribunal, que debe encontrar factores suficientes para aplicarla.