(Imagen Ilustrativa Infobae) Con el paso del tiempo y el uso, los coches tienen que pasar por un mantenimiento continuado para evitar las averías que muchas veces no son tan evidentes para el conductor. La costumbre hace que pequeños fallos como el endurecimiento del volante no hagan que nos preocupemos de llevar el coche al taller, pero no revisarlo puede ser razón de accidentes.
Una de las causas más habituales de la dureza del volante es las fugas del líquido de dirección (que suele ser de color rojo) o el espesor del mismo. El líquido se puede ensuciar o puede hasta “caducar” pero el problema se soluciona fácilmente sustituyéndolo, según explica el blog de coches Clicars.
La dirección asistida es una de las mayores facilidades con las que cuentan los coches desde los años 50 del siglo pasado y hace que los coches sean más fáciles de mover, sobre todo en velocidades bajas. Atrás quedaron los coches clásicos que no contaban con ella y requerían de un esfuerzo extra para girar el volante.
Sin embargo, este problema que era aparentemente indetectable puede afectar más a las carteras si sucede en un coche de dirección asistida eléctrica, pues se deberá a un fallo en el conjunto del motor y habrá que cambiar el motor de la caja de dirección.
La rotura de la bomba en un coche hidráulico supondrá un gasto de entre los 300 y 450 euros, pero arreglar la pieza por fugas o obstrucción ronda los 50 euros, según el citado blog. Para sustituir esta pieza o arreglarla es necesario buscar la que sea adecuada para el modelo de coche que se quiere reparar, para lo que habrá que consultar el año de fabricación y el modelo de motor.
En el caso de los eléctricos, como es un cambio de conjunto, el coste asciende a aproximadamente 1.700 euros. Además, si el coche es de segunda mano, habrá que acudir a talleres que cuenten con el repuesto correcto para el cambio.
Cerca de un 30% de los conductores sufren amaxofobia, el temor irracional a ponerse al volante Hay otros problemas que engañan todavía más al conductor porque a medida que se pone en marcha el automóvil parecen desaparecer. Es el caso, por ejemplo, de la cremallera de dirección, con la que se notará el volante duro al arrancar, pero irá suavizándose poco a poco.
El volante es uno de los elementos más importantes para cualquier vehículo, y para que dure y garantizar su buen funcionamiento el mayor tiempo posible, es esencial que pase las revisiones mensuales o anuales que estipule el fabricante.