El juez del ‘caso Errejón’ sopesa citar como testigos a los asistentes a la fiesta para corroborar la denuncia de Mouliaá

Dos versiones totalmente enfrentadas. Eso es lo que tiene sobre la mesa el juez Adolfo Carretero después de tomarle declaración a Elisa Mouliaá e Íñigo Errejón por el caso de presunta agresión sexual. Ahora, el magistrado continuará con la instrucción y para ello ha pedido a las partes que le soliciten la práctica de diligencias de investigación que corroboren o refuten la denuncia de la actriz.

Una de las primeras pruebas que pedirán las partes, según informan fuentes jurídicas a Infobae España, es la declaración de los testigos directos de la presunta agresión sexual, que en este caso son los asistentes a la fiesta en la que se produjeron los hechos. Los únicos dos que identificó Mouliaá en su denuncia eran los anfitriones del encuentro, que se celebró en el piso del padre de uno de ellos. La pareja, amigos de la actriz, vivían en Australia y responden a las iniciales de B.V. y S.G. Pero en el piso, junto a Errejón y Mouliaá, habría “entre 10 y 15 personas”, señalan las fuentes. La Asociación Defensa Integral Víctimas Especializada (ADIVE), que ejerce la acusación popular contra Errejón, trabaja para identificarlas -la Policía no lo hizo tras la denuncia de Mouliaá- y solicitar su testifical.

Con toda probabilidad, serán los primeros testimonios que recabe el magistrado. En su interrogatorio, Errejón ha asegurado que los testigos podían corroborar que los encuentros sexuales mantenidos esa noche con la denunciante fueron “consentidos”. Uno de los actos de presunta agresión sexual tuvo lugar en la fiesta cuando, a tenor de la denuncia, el expolítico agarró “fuertemente” del brazo a Mouliaá y la llevó “por la fuerza” por un pasillo hasta introducirla en una habitación. Este extremo, clave en la acusación, tendrá que ser confirmado por los testigos.

Aunque en la denuncia la Policía reflejó que Errejón cerró la puerta de la habitación “con pestillo” para “evitar dejar salir” a la denunciante, ésta no pudo confirmarlo en su declaración ante el juez. Sí ratificó que el ex portavoz de Sumar se abalanzó sobre ella pese a su negativa: “Me quitó el sujetador, me tocó esto (los pechos), me lamió y cuando yo rechazaba cambiaba de estrategia”.

En los otros dos actos denunciados por Mouliaá no hubo testigos. El primero tuvo lugar en el ascensor del edificio donde se celebraba la citada fiesta. Errejón le había dicho que le iba a imponer “tres reglas” a cumplir esa noche. La primera, “que no se alejase mucho de él esa noche”. La segunda, “que si lo hacía no se fuese a más de veinte metros de él y regresase en un minuto”. Y la tercera, “que esa noche le diese un beso”. La actriz asegura que en el ascensor le dijo “la tercera regla la voy a romper ahora mismo” y, acto seguido, “la agarró fuertemente por la cintura la comenzó a besar introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y, de una forma violenta, invadiendo el espacio de la declarante y haciendo que la misma se sintiese muy intimidada”. Ante el juez, Errejón dijo que el beso fue “consentido” y fruto de un “tonteo” en el ascensor.

La última presunta agresión sexual tuvo lugar cuando ambos se dirigieron a la casa del expolítico para acabar la noche. En su denuncia, Mouliaá señaló que accedió a la propuesta de Errejón porque “su intención era que todo lo que estaba sucediendo acabase cuanto antes. Una vez en el domicilio del ex portavoz de Sumar, éste volvió a abalanzarse sobre la actriz, que se sintió “muy incómoda”. Dijo que “todo le estaba pareciendo muy violento” y detuvo el encuentro con Errejón: “Sólo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo”.