El ruido generado por el tráfico urbano se ha convertido en un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo. Algunas ciudades europeas han comenzado a implementar una solución innovadora: los radares de ruido. Según explica el Real Automóvil Club de España (RACE), estos dispositivos no solo detectan los niveles de ruido excesivos producidos por los vehículos, sino que también tienen la capacidad de sancionar a quienes superen los límites establecidos.
Los radares de ruido funcionan de manera similar a los radares de velocidad, pero están diseñados para medir los niveles de decibelios emitidos por los vehículos. Estos dispositivos están equipados con micrófonos de alta sensibilidad y videocámaras que capturan el sonido, lo analizan y registran el momento exacto de la infracción, así como el lugar y los datos del automóvil involucrado. Al registrar tanto el nivel de ruido como los datos del vehículo infractor, las autoridades cuentan con pruebas irrefutables para proceder con las sanciones.
Pero, ¿a partir de qué niveles se considera que existe un ruido excesivo? Lo cierto es que el marco legal está recogido en la Ley del Ruido española, pero los niveles de contaminación acústica lo detalla cada ayuntamiento. La compañía especializada en medición de ruido, Minut, explica que en grandes ciudades como Barcelona y Madrid, durante el día, el límite marcado no supera los 30 decibelios durante el día, y por la noche desciende a 25.
Las multas
La plataforma especializada en vehículos de renting Renting Finders explica que dichas sanciones económicas varían según la naturaleza de la infracción. Por ejemplo, conducir con música a un volumen excesivo puede resultar en una multa de 90 euros, mientras que el uso de resonadores en los vehículos, que amplifican el ruido del motor, puede ser considerado una infracción grave con sanciones de hasta 300 euros. Renting Finders también destaca que incluso mantener el motor encendido durante más de dos minutos por la noche, cuando el vehículo está estacionado, puede ser motivo de penalización.
Según detalló el RACE, esta tecnología ya se encuentra en fase de prueba en varias ciudades europeas, con el objetivo de reducir los niveles de ruido y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En España podemos encontrar estos dispositivos en ciudades como Barcelona, que cuenta con un parque de más de 2.400.000 vehículos. A día de hoy están ubicados en la carretera C-31 y en otros 11 puntos de la ciudad, si bien aún no emiten multas al encontrarse en fase de pruebas.
Problemas para la salud
La contaminación acústica no solo genera molestias, sino que también tiene efectos negativos comprobados sobre la salud. Entre los problemas asociados se encuentran el estrés, los trastornos del sueño, la pérdida de audición y, en casos más graves, enfermedades cardiovasculares.
Aunque los radares de ruido aún no están ampliamente implementados, su potencial para transformar las ciudades es significativo. Estas herramientas no solo permiten identificar y sancionar a los vehículos más ruidosos, sino que pretenden fomentar un cambio de comportamiento entre los conductores, incentivando el uso de vehículos más silenciosos y respetuosos con el medio ambiente.
Esta medida se suma a otras iniciativas que buscan reducir el impacto ambiental del tráfico en las ciudades, entre las que se incluye, por ejemplo, las Zonas de Bajas Emisiones, que restringen la circulación de vehículos según su etiqueta medioambiental. También están implementadas las normativas EURO, que establecen límites de emisiones de gases contaminantes en función del año de matriculación de los automóviles.
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