La Policía renueva su flota de coches camuflados: gastará 35 millones de euros en vehículos de ‘renting’

El Cuerpo va a perder 1.218 vehículos de sus agentes de investigación e Información, por lo que busca una empresa se los alquile para los próximos cuatro o cinco años

Un policía de paisano sube a un vehículo camuflado. (Eduardo Parra/Europa Press)

La Policía Nacional va a renovar su flota de coches camuflados, esos que utilizan principalmente los agentes destinados en labores de investigación o Información. Al igual que los Z, los vehículos rotulados que patrullan las calles, el Cuerpo no compra estos coches, sino que los alquila por periodos de cuatro o cinco años. En el nuevo contrato que se acaba de licitar, el Ministerio del Interior invertirá 35 millones de euros en el renting de un total de 1.218 turismos.

La memoria justificativa del contrato, consultada por Infobae España, explica que el próximo 31 de julio de 2025 finaliza el contrato de alquiler por el que actualmente la Policía Nacional dispone de ese mismo número de coches camuflados. En esa fecha, los vehículos dejarán de prestar servicio y tendrán que ser devueltos a la empresa propietaria.

En concreto, la Dirección General de la Policía busca 850 turismos tipo SUV y otros 368 más pequeños denominados compactos. La División Económica y Técnica del Cuerpo calcula que por cada uno de los vehículos puede pagar como máximo 500 euros al mes y ajusta un presupuesto de 35.370.720 euros para renovar su flota de coches tipo K. Explica que opta por la modalidad de renting para combatir la “obsolescencia” de los turismos.

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¿Qué tipo de coche camuflado se busca? El Área de Automoción de la Policía Nacional detalla en los pliegos de prescripciones técnicas los requisitos que deben cumplir los turismos para ejercer satisfactoriamente sus funciones. En primer lugar, tendrán que estar equipados con un “kit policial”, aunque a simple vista deben “presentar un aspecto y terminación idénticos a los modelos de serie” para evitar ser identificados y facilitar la labor de los agentes que los utilicen.

El equipamiento policial necesario, incluye, entre otros elementos, un indicativo luminoso de color azul, una consola de mando, un sistema de megafonía y otro de radiopatrulla. Además, el contrato exige que los vehículos presenten, entre otras prestaciones, un color de carrocería de tonos “variados o discretos”, al igual que los tapizados interiores, todo ello para evitar que sean reconocidos como vehículos policiales.

Los pliegos incluyen otras especificaciones técnicas como por ejemplo una potencia mínima del sistema de propulsor híbrido de 130 cv, caja de cambios automática, climatizador automático, sensores de aparcamiento traseros o un sistema multimedia dotado con una pantalla de al menos 7 pulgadas.

Vehículos de ‘renting’

Puede llamar la atención que estos vehículos policiales sean de alquiler. La Policía argumenta en la memoria justificativa del contrato que opta por la “continuidad en este sistema de alquiler, que se inició en 1998, por el que hasta la fecha se han suscrito más de 25 contratos, casi todos ellos ya finalizados, con un total de casi 14.000 vehículos alquilados, entre turismos Z, turismos K y todo camino Z.

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Lo hace “debido a la obsolescencia de los vehículos” y a los elevados costes de su mantenimiento, que deja en manos de la empresa de renting que se los facilite. “El sistema que se propone lleva implícito el mantenimiento integral de los vehículos, incluido el kit policial, a cargo de la entidad adjudicataria, dada la elevada carga electrónica de los actuales vehículos, lo cual hace inviable realizar gran parte de las operaciones de reparación y mantenimiento en los talleres propios, ya que se requiere una elevada especialización y aparatos de diagnosis para cada modelo de vehículo”, señala la memoria.

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