No fue una de las visitas más agradables la que recibieron en la comisaría de Hyères (sureste de Francia) los agentes, que tuvieron que lidiar con un hombre en estado de ebriedad que pedía, para su sorpresa, su ingreso inmediato en prisión.
Los hechos sucedieron alrededor de las 21:15 horas el jueves 2 de enero de 2025, cuando el hombre, borracho, se presentó en la comisaría exigiendo ser encerrado en la cárcel de La Farlède (Var). Al ver el estado en el que se encontraba, las autoridades llevaron a cabo los pertinentes controles. Sin embargo, el hombre no tenía pena de prisión que cumplir y los agentes se negaron a acceder a su petición.
Pero lo peor estaba aún por llegar. En vista de la negativa de la policía, el hombre pateó uno de los cristales de la comisaria hasta que lo rompió. En particular, una ventana, lo que le llevó a pasar varios días bajo custodia policial. Cuatro días después, el día de Reyes, compadeció ante el tribunal, que lo declaró culpable de “daños a bienes destinados al servicio público” y condenado a ocho meses de prisión, según informa el diario francés Var-Matin.
“Bebí una botella de vodka”
Durante la celebración del juicio, el acusado explicó los hechos que le llevaron hasta la comisaria, no sin dificultades para poder recordar lo sucedido. “Tomé una botella de vodka, estaba en el centro de la ciudad bebiendo con unos inmigrantes indocumentados”, declaró en los juzgados.
Perplejo, el presidente del tribunal, Philippe Plantard, recriminó al hombre su comportamiento. “Es una locura o un ridículo que ahora la gente se enoje porque nos negamos a encarcelarlos”, comentó antes de iniciar la sesión.
La vista prosiguió con las explicaciones del acusado. “Me mandaron comprar varios paquetes de cerveza, algo deberían haber puesto en mi bebida, toman muchas pastillas”, se defendía el hombre culpando a sus acompañantes de aquella noche de su estado. “Nunca en la vida querría ir a prisión”, concluyó.
Ya había estado en la cárcel
Lo más sorprendente es que, debido a las pertinentes investigaciones después del altercado en la jefatura de policía, los agentes descubrieron que el acusado ya había estado en la prisión a la que había pedido ir. “Ya pase catorce meses en La Farlède, entre enero de 2023 y febrero de 2024″, por un delito de violencia con arma. Además, en dicha condena, se le rebajó el tiempo en la cárcel al concederle una pena de prisión suspendida de seis meses, que todavía cumple.
Su abogada, Marie Merlo, hizo mención sobre los problemas de su cliente con la bebida, aunque también destacó los enormes esfuerzos de reinserción del acusado, poniendo énfasis en el hecho de que su cliente había conseguido un contrato de duración determinada como ayudante de cocina.
En conclusión, la visita del hombre a la comisaría de Hyères le costó cinco meses de prisión y la revocación parcial de su condicional de tres meses. Es decir, en total, fue condenado a ocho meses de prisión. No obstante, el tribunal ordenó que la pena se ejecutara en su domicilio, controlado por una pulsera electrónica.