El pasado 29 de octubre, cuando la DANA arrasó numerosos municipios de la provincia de Valencia, Marian Val se salvó de la tragedia en Paiporta por vivir en un tercer piso, ya que su casa está pegada al barranco. Con impotencia, al igual que otros muchos vecinos y vecinas, solo pudo contemplar cómo la fuerza del agua se llevaba todo a su paso, dejando devastada esta localidad de unos 25.000 habitantes que se sitúa a tan solo 10 kilómetros de Valencia. A nivel material perdió el coche, pero las heridas emocionales aún perduran y estos casi dos meses y medio “han sido muy duros”. De hecho, a medida que van pasando las semanas “la indignación crece”, no solo por la falta de reacción por parte de las autoridades aquel fatídico día, sino porque “las ayudas económicas tardan en llegar” y recuperar la normalidad aún queda lejos tras unas Navidades especialmente duras.
“Estos dos meses y medio los hemos vivido con desesperación e indignación, con enfado, con ira. Porque aunque el daño material generado por el agua difícilmente se podía haber evitado, sí se podrían haber salvado prácticamente todas las vidas”, dice Val, concejala de Compromís, a Infobae España, pues la riada dejó 224 víctimas mortales y aún hay tres personas desaparecidas. “Van pasando las semanas y sentimos mucha frustración de tanta incompetencia junta, de tanta descoordinación y desidia, y ahora además las cosas avanzan muy despacio”, añade al otro lado del teléfono.
Val no solo es crítica con la “mala gestión” de la DANA por parte del Gobierno autonómico de Carlos Mazón, sino también con el propio Ayuntamiento de Paiporta, pues recuerda que la alcaldesa, la socialista Maribel Albalat, aquella tarde publicó sobre las 16 horas en sus redes sociales una foto del barranco llamando a la calma y “diciendo que la policía iba a estar vigilante, cuando en realidad ya estaba a más de la mitad de su capacidad y apenas dos horas y media después se desbordó”. “Ya se veía cómo estaba subiendo el nivel del agua y ni siquiera cortaron los puentes cuando además hay unos protocolos que así lo exigen”, lamenta.
Las ayudas económicas llegan con “cuentagotas”
Respecto a la ayuda humanitaria, Val recuerda que “las manos llegaron desde el principio”, pues tras la dana miles de voluntarios, en buena parte jóvenes, no dudaron en trasladarse hasta las localidades más afectadas para ayudar en la retirada de lodo y escombros, así como también llegaron toneladas de alimentos y productos desde todos los puntos de España. Sin embargo, las ayudas económicas aprobadas por los diferentes gobiernos llegan lentamente. “Nos gustaría que las ayudas de la Generalitat de 6.000 euros por vivienda afectada se cobraran más rápidamente, porque están llegando con cuentagotas, mientras que a nivel municipal en Paiporta aún no se han empezado a tramitar” dos meses después de la tragedia.
Por el momento, en este municipio valenciano, explica la concejala de Compromís, solo se ha procedido a la devolución de la tasa de vados y del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) a las personas afectadas por la dana, pero el comercio local sigue sin recibir ayudas, lo cual condiciona el día a día de Paiporta. “Si no se reactiva el comercio local, el pueblo no va a recuperar parte de su normalidad”. De hecho, aunque ya se han retirado los escombros de las calles y buena parte del lodo, aún son muchos los garajes y bajos que “aún no se han vaciado” y preocupan las averías en el alcantarillado.
Por otro lado, las ayudas estatales, que incluyen a los afectados por la riada tanto de la Comunidad Valenciana como los de Castilla-La Mancha y Andalucía, alcanzan los 1.162 millones de euros, según informó este martes el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. De esta cantidad, más de 831 millones de euros corresponden a las indemnizaciones desembolsadas por el Consorcio de Compensación de Seguros a más de 65.000 solicitantes, y dos tercios de dichas indemnizaciones, 526 millones de euros, han sido abonados por el Consorcio en las últimas tres semanas, a más de 40.000 personas.
El ministro también indicó que las indemnizaciones del Consorcio se han concentrado en los municipios valencianos más golpeados por las inundaciones, lo que incluye Paiporta, Catarroja, Algemesí, Aldaia y Alfafar, de forma que alcanzan 340 millones de los 831 millones desembolsados en total, lo que supone el 40% de las indemnizaciones ya abonadas. En esa misma rueda de prensa, Cuerpo informó de que ya se ha indemnizado a los propietarios de más de 45.000 vehículos, con una indemnización promedio de más de 8.700 euros.
Alojados en casas de familiares
Pese a todo, Marian Val se considera afortunada, ya que a diferencia de otras muchas personas afectadas, su vivienda no resultó dañada y “solo perdió su coche” después de que el garaje de su edificio quedara completamente anegado durante un mes. Sus padres, sin embargo, no corrieron la misma suerte y han perdido su casa, ya que vivían en un piso bajo.
“Mis padres lo han perdido absolutamente todo, solo han quedado en pie los tabiques, y ahora están viviendo conmigo. Confían en poder volver a vivir en su casa, pero de momento los tengo aquí adoptados”, explica, al tiempo que recuerda que esta misma situación se repite en muchos hogares. La concejala también teme que la dana haya generado un impacto significativo en la salud mental de la población afectada y que la depresión, la ansiedad o el trastorno de estrés postraumático persista durante años, sobre todo para aquellas personas que han perdido su hogar.
Val no tiene duda que de las manifestaciones para pedir la dimisión de Carlos Mazón seguirán produciéndose porque, a diferencia de otras tragedias ocurridas en Valencia como el accidente de tren de 2006 que dejó 43 fallecidos o casos de corrupción como la trama Gürtel, de cuyos negocios se benefició el Partido Popular valenciano, la dana se ha cobrado 224 vidas y ha afectado a miles de personas. “Esto no se va a olvidar tan pronto. No es la trama Gürtel, no es una cuestión de dinero, de corrupción, sino una cuestión que afecta a la vida, a los recuerdos y a las familias de manera muy directa”, concluye.