Virginie F., una mujer de 38 años residente en la localidad francesa de Luisant, en el departamento de Eure-et-Loir, fue víctima de una sofisticada estafa bancaria que le costó 7.000 euros. Según una información del medio francés Le Parisien, el incidente ocurrió en diciembre, justo antes de las celebraciones navideñas, mientras Virginie esperaba el nacimiento de su hijo.
La estafa, que se desarrolló en dos etapas, comenzó con un mensaje de texto aparentemente inofensivo y culminó con un engaño telefónico que la llevó a transferir sus ahorros a una cuenta fraudulenta.
El primer contacto con los estafadores se produjo a través de un mensaje de texto que parecía provenir de Mondial Relay, una empresa de servicios de paquetería. Virginie, quien había realizado compras en la plataforma de segunda mano Vinted para las fiestas, recibió un SMS solicitando un pago de 2,32 euros para completar la entrega de sus paquetes.
“No sospeché nada porque estaba esperando varios envíos”, explicó la víctima al medio francés. El mensaje incluía un enlace que redirigía a una página web donde se le pedían sus datos bancarios. Aunque inicialmente le pareció extraño, Virginie accedió debido a la urgencia de recibir sus pedidos.
Minutos después de ingresar su información, Virginie se dio cuenta de que algo no estaba bien. Actuó rápidamente, bloqueó su tarjeta bancaria y notificó a su banco a través de su espacio de cliente en línea. Sin embargo, según detalló Le Parisien, los estafadores no se detuvieron ahí y pasaron a la segunda fase de su plan.
Un falso asesor bancario
Horas más tarde, Virginie recibió una llamada de un supuesto asesor bancario que afirmaba estar al tanto de la situación. El hombre, con un tono convincente, le informó que su cuenta había sido comprometida y que se habían detectado movimientos sospechosos hacia Bélgica.
Para proteger sus fondos, le sugirió transferir el dinero a una “cuenta de emergencia segura”. Según relató Virginie, el estafador incluso ofreció ayudarla mediante un sistema de acceso remoto a su computadora, lo que facilitó el control de sus operaciones bancarias.
“En ese momento, estaba agotada por el embarazo y no podía pensar con claridad”, confesó Virginie al medio. Bajo presión y en un estado de confusión, siguió las instrucciones del hombre, lo que resultó en la transferencia de 7.000 euros a la cuenta fraudulenta. Solo después de finalizar la operación, Virginie comprendió que había sido víctima de un engaño.
Una estafa en auge
Este tipo de fraude sofisticado se conoce como vishing, o phishing vocal. En este tipo de fraudes, los delincuentes simulan ser instituciones legítimas, no solo bancos, sino compañías de seguros, organismos gubernamentales o servicios técnicos, con el fin de obtener datos personales para sustraer dinero. Este tipo de fraudes suelen aprovechar momentos de vulnerabilidad, como el estrés o la fatiga, y en este caso, la proximidad del parto y las preocupaciones propias de las festividades.
Tras el incidente, Virginie decidió compartir su experiencia con el objetivo de alertar a otros sobre los riesgos de este tipo de estafas. “Quiero evitar que otras personas caigan en esta trampa”, declaró a este medio. Además, enfatizó la importancia de verificar siempre la autenticidad de los mensajes y llamadas relacionadas con transacciones bancarias, especialmente cuando se solicita información confidencial o transferencias de dinero.
Mientras tanto, Virginie enfrenta las consecuencias emocionales y financieras de la estafa. “Me sentí violada”, expresó al describir la experiencia. Aunque logró bloquear su tarjeta bancaria inicialmente, el daño ya estaba hecho.