El único vínculo de Elon Musk con las comunicaciones encriptadas del Ejército: España sigue una estrategia opuesta a la de Meloni

Mientras que Italia negocia con el empresario estadounidense el servicio de telecomunicaciones por 1.500 millones de euros, el Gobierno español ha optado por desarrollar sus propios satélites. El primero de estos sistemas será lanzado a finales de este mes

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La primera ministra italiana, Giorgia
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni (REUTERS/Ciro De Luca)

Las diferencias entre los Gobiernos de España e Italia no son solo ideológicas sino que también se reflejan en las estrategias que cada uno lleva adelante en temas concretos como, por ejemplo, las comunicaciones encriptadas para uso gubernamental y de sus respectivas Fuerzas Armadas. Y es que la estrategia española en esta materia es totalmente opuesta a la que, según la prensa italiana, pretende seguir Roma: mientras que Giorgia Meloni negocia con Elon Musk para que su constelación satelital Starlink brinde este tipo de servicios a Italia, La Moncloa ha optado por construir y gestionar sus propios satélites, para lo que se ha apoyado en las capacidades de la industria espacial nacional.

De esta manera, si el gobierno de Meloni llega finalmente a un acuerdo, Italia se convertiría en el primer país europeo en confiar un tema tan sensible a los satélites que conforman la constelación del magnate estadounidense. Se trata de miles de sistemas, de aproximadamente 250 kilogramos, que orbitan alrededor de la Tierra en una órbita baja, a unos 550 kilómetros de la superficie terrestre; otra gran diferencia con la alternativa por la que ha optado el Ministerio de Defensa español: tan solo dos satélites, de casi seis toneladas a una altura de 36.000 kilómetros, denominados Spainsat NG I y II, el primero de los cuales será lanzado al espacio a finales de este mes.

Justamente, el lanzamiento de los sistemas españoles es el único vínculo que existe entre la estrategia española y Elon Musk. Hisdesat, la empresa que ha gestionado su construcción y será la encargada de operarlos una vez operativos, ha contratado con la compañía SpaceX, propiedad del estadounidense, la puesta en órbita de los futuros satélites de las Fuerzas Armadas, que se llevará a cabo, el próximo 28 de enero, en un cohete Falcon 9 desde Cabo Cañaveral (Florida), a donde se espera que arribe en la tarde de este jueves.

Asimismo, la estrategia de cooperación público-privada seguida por el departamento de Margarita Robles no supone depender únicamente de la industria local para contar con comunicaciones seguras, sino que también abre la puerta a comercializar este servicio a terceros países. De hecho, los Spainsat NG son los satélites más avanzados y de mayor tamaño jamás construidos por España y, de acuerdo al CEO de Hisdesat, Miguel Ángel García Primo, son “los sistemas más seguros y protegidos de Europa”. En su desarrollo, que comenzó a mediados de 2019, han estado involucradas numerosas empresas y pymes del sector espacial local, al punto que la participación industrial nacional ha superado el 45%.

El Ministerio de Defensa se encuentra inmerso en un proyecto tecnológico para mejorar la capacidad satelital de las comunicaciones militares

Diferencias económicas

Otro punto, para nada menor, en el que difieren los planes de Italia y España está relacionado con el dinero que se ha desembolsado, o se prevé hacerlo, para materializar los respectivos proyectos. La factura de Musk al Ejecutivo de Meloni ascendería, según ha trascendido, a cerca de 1.500 millones de euros, a cambio de los que el empresario se compromete a brindar cinco años de servicio al Gobierno italiano, transacción en la que no pocos han visto motivaciones políticas dado que el estadounidense se ha convertido en el hombre de confianza de Donald Trump, con quien la primera ministra italiana tiene una estrecha relación.

Por su parte, de acuerdo a lo informado este miércoles por García Primo en un encuentro con periodistas, el programa Spainsat NG, que se prolongará a lo largo de los próximos 15 años, supone unos de 2.000 millones de euros, inversión que abarca tanto la construcción de los satélites como su operación hasta 2040. Para materializar ambos sistemas, el Ministerio de Defensa concedió a Hisdesat un crédito de 850 millones de euros, suma que la empresa deberá devolver a partir de lo ingresado por la explotación comercial de los satélites.

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