“Me duele Andalucía”, ha repetido en varias ocasiones la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda y, desde este miércoles, principal aspirante a liderar el PSOE andaluz, la federación más numerosa del partido de la rosa. La también vicesecretaria general del partido ha aceptado el encargo de dar un paso adelante para ser la próxima secretaria general del PSOE-A.
“Vamos a hacerlo y vamos a conseguirlo. Lo voy a hacer en nombre de todos vosotros porque me siento representada en cada uno de vosotros”, ha señalado en un acto desde Sevilla, en el que, visiblemente emocionada, ha confirmado su precandidatura a las primarias, un paso previo a necesaria la recogida de avales.
Montero competirá en este proceso interno con el catedrático sevillano Luis Ángel Hierro, pero en el partido no hay ninguna duda de que será la vicepresidenta primera la elegida. De esta manera, las agrupaciones locales y provinciales se volcarán para dar todo su apoyo a la dirigente sevillana y evitar unas primarias.
Y es que, el principal reto asignado a María Jesús Montero es recoser el partido, todavía fraccionado, e impulsarlo de cara a las elecciones autonómicas andaluzas previstas para 2026. “Vamos a ganar las elecciones”, manifestó la aspirante a liderar el PSOE-A, que entró en el cuerpo a cuerpo con el presidente andaluz, el popular Juan Manuel Moreno.
Montero ha anunciado esta decisión un día después de que el actual secretario autonómico, Juan Espadas, diera un paso a un lado, obligado por la presión interna. Así, para visibilizar una transición pactada y tejer la unidad, Espadas ha estado presente en el acto. De hecho, la vicepresidenta primera le ha dado las gracias. Acto seguido, en medio de un aplauso sonoro por parte de los congregados, Montero y Espadas se han fundido en un abrazo.
Ante las dudas sobre su idoneidad como candidata –acapara importantes cargos en el Gobierno y en el PSOE (también es la mano derecha de Pedro Sánchez en Ferraz)–, Montero ha sacado pecho de sus raíces. La dirigente sevillana fue consejera de Sanidad con Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y después ostentó la cartera de Hacienda con Susana Díaz. Por eso, ha dejado claro: “No regreso porque nunca me fui”.