Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology muestra que las expresiones de gratitud al final de un correo electrónico no solo incrementan las probabilidades de obtener una respuesta, sino que también fomentan comportamientos prosociales en los destinatarios. De acuerdo con el análisis, que incluyó más de 350.000 correos electrónicos, las expresiones de agradecimiento tienen un impacto significativo en la interacción entre remitentes y destinatarios.
En promedio, los correos electrónicos que no incluían fórmulas de gratitud específicas lograron una tasa de respuesta del 47,5%, mientras que aquellos que sí las emplearon superaron ampliamente este porcentaje. Entre las fórmulas evaluadas, “saludos cordiales” resultó ser la menos efectiva, con una tasa de respuesta del 52,9 %, seguida de “saludos” (53,5 %) y “cordialmente” (53,9 %). Por otro lado, “muchas gracias” alcanzó un 57,9 %, y un simple “gracias” logró un 63 %, posicionándose como la segunda opción más eficaz.
Cuál es la fórmula mágica
Según los resultados, el uso de la fórmula “gracias de antemano” se posiciona como la más efectiva, alcanzando una tasa de respuesta del 65,7 %. No obstante, el estudio muestra que este fenómeno no solo se limita a la comunicación escrita, sino que también tiene implicaciones más amplias en el comportamiento humano.
Los investigadores Adam M. Grant y Francesca Gino llevaron a cabo un experimento con 69 estudiantes universitarios, quienes fueron divididos en dos grupos. A ambos se les envió un correo electrónico solicitando ayuda para redactar una carta de presentación. En uno de los grupos, los mensajes concluían con una expresión de gratitud, mientras que en el otro se empleaba un cierre neutral. Los resultados mostraron que los correos electrónicos que incluían agradecimientos duplicaron las probabilidades de recibir una respuesta.
Una motivación para ser más receptivos
Los investigadores concluyeron que las expresiones de gratitud generan un sentido de reconocimiento en los destinatarios, lo que los motiva a actuar de manera más receptiva. Según el estudio, este efecto se debe a que las personas que reciben agradecimientos experimentan un aumento en su percepción de valor social, lo que refuerza su disposición a ayudar. Este mecanismo fue confirmado en una serie de experimentos adicionales, que incluyeron tanto entornos controlados como situaciones de la vida real.
En uno de los experimentos, se observó que las expresiones de gratitud no solo beneficiaban al remitente del mensaje, sino que también influían en el comportamiento del destinatario hacia terceros. Por ejemplo, en un entorno de recaudación de fondos universitarios, los gerentes que expresaron agradecimiento a sus empleados lograron un aumento en el número de llamadas realizadas por estos últimos. Este efecto, según los investigadores, estuvo mediado por la percepción de valor social, mientras que otros factores como la autoeficacia o el estado emocional no mostraron un impacto significativo.
El medio Journal of Personality and Social Psychology también destacó que, aunque el vínculo entre la gratitud y el comportamiento prosocial ya había sido documentado en investigaciones previas, este estudio aporta nuevos datos sobre los mecanismos psicológicos que subyacen a este fenómeno. Los resultados sugieren que las expresiones de gratitud fortalecen los lazos comunitarios al hacer que las personas se sientan valoradas socialmente, lo que a su vez las motiva a actuar en beneficio de los demás.
Estos hallazgos tienen implicaciones prácticas tanto en el ámbito profesional como en el personal. En un mundo donde la comunicación digital es predominante, el uso estratégico de expresiones de gratitud puede marcar la diferencia entre un correo electrónico ignorado y uno que recibe una respuesta.