El PSOE ha pasado de criticar la acción en los tribunales -con mayor o menor recorrido- a ponerla en práctica. Del pasivo “el tiempo pondrá todo en su lugar” pronunciado por Pedro Sánchez, el partido ha pasado al contraataque para acudir al campo de batalla, los tribunales, con la misma medicina que han utilizado las “organizaciones ultra” que le persiguen en los juzgados, las denuncias y continuas personaciones.
Pese a las acciones legales y causas abiertas contra miembros del partido o su entorno, el PSOE decía hace apenas tres semanas que era una estrategia “disuasoria” de la oposición, que “va a los tribunales para acosarnos en el entorno personal, en el entorno familiar para que aquí nadie dé un paso adelante para ponerse al frente de las políticas de izquierda”, dijo la futurible líder del PSOE andaluz, María Jesús Montero, en el acto de presentación de Óscar López como nuevo secretario general del partido en la Comunidad de Madrid.
La afirmación de la mano derecha de Sánchez no casa con la contraofensiva desplegada por el PSOE en los tribunales durante las últimas semanas.
Tras personarse como acusación popular en el caso Koldo, una investigación en la que se ven afectados los intereses del partido, los servicios jurídicos del PSOE han presentado sendas denuncias contra dos de los personajes que han protagonizado los principales ataques públicos contra Pedro Sánchez y su Gobierno, como lo son el empresario Víctor de Aldama y el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. Además, el PSOE ha pedido su personación en la causa contra el líder de Se Acabó La Fiesta (SALF), Alvise Pérez, por financiación ilegal en otra maniobra enmarcada en su nueva estrategia judicial.
Este mismo martes se conocía que el Tribunal Supremo no ha permitido al PSOE querellarse contra Aldama por las acusaciones contra miembros del partido y el Ejecutivo en su declaración ante la Audiencia Nacional que le permitió quedar en libertad. El juez Leopoldo Puente, que investiga la parte del caso Koldo que afecta al exministro de Transportes José Luis Ábalos, argumenta que la instrucción está en un punto “marcadamente embrionario”, por lo que “no se puede aseverar la mendacidad de las declaraciones” del empresario “ni tampoco que resulten ajenas al objeto de la investigación”.
Denuncia contra MAR
Pero la medida paradigmática de este cambio de estrategia en el PSOE es su denuncia contra la mano derecha de Ayuso, a quien acusa de publicar de forma irregular datos personales de dos periodistas de El País que supuestamente se presentaron en las inmediaciones de la vivienda de la presidenta madrileña tras estallar el caso que afecta a su pareja, Alberto González Amador. El PSOE ve en el proceder de MAR la comisión del mismo delito que el Supremo imputa al fiscal general del Estado, el de revelación de secretos.
Sin embargo, las fuentes jurídicas consultadas por Infobae España señalan que esta denuncia, como ha ocurrido con la dirigida contra Aldama, “no tendrá recorrido” puesto que los delitos contra la intimidad, en los que se enmarca el de revelación de secretos, exigen para poder ser investigados que sean denunciados por los agraviados, en este caso, los periodistas afectados.
La última maniobra del PSOE en los tribunales ha sido su personación como acusación popular en el caso que se dirige contra Alvise Pérez en el Tribunal Supremo, donde se investiga por financiación ilegal al eurodiputado por recibir 100.000 en efectivo del empresario Álvaro Romillo en campaña a las elecciones europeas. Aunque el PSOE no esté directamente afectado por el caso, quiere seguir de cerca los avances en la causa, además de acceder a información privilegiada que afecta a un partido que podría tener un papel más o menos relevante en las próximas elecciones generales.