Telecinco ha empezado con fuerza el 2025. Tras abrir de nuevo la casa de Guadalix de la Sierra el pasado día 2 de enero con una nueva entrega de GH Dúo y estrenar el Día de Reyes la octava temporada de La isla de las tentaciones, este miércoles llega por primera vez a los hogares de nuestro país Next Level Chef. Tras arrasar en su estreno en Estados Unidos, donde se convirtió en el talent show de cocina más visto de la historia, el programa busca revolucionar la escena gastronómica en España.
Con un enfoque innovador y una puesta en escena espectacular, esta competición, producida en colaboración con Shine Iberia y desarrollada por Studio Ramsay, promete ser una experiencia única para los amantes de la cocina. La adaptación española de este imponente formato contará con la actriz y modelo Blanca Romero como anfitriona, quien estará acompañada por tres chefs de renombre que ejercerán como mentores y jueces: Francis Paniego, Rakel Cernicharo y Marcos Morán. Este trío de expertos liderará a los equipos formados por cocineros amateurs, chefs profesionales e influencers gastronómicos, quienes competirán por un premio de 100.000 euros. Para conocer más sobre este espectacular formato, Infobae España ha podido hablar con la nueva presentadora del concurso:
Dicen que tenías muchas dudas a la hora de aceptar el proyecto. ¿Por qué te costó adentrarte en esta aventura?
Yo soy una persona muy indecisa y para mí es una gran responsabilidad tener influencia sobre las personas. Entonces, aunque esto no deja de ser una ventana a un país, es una manera muy distinta de hacer cultura a la que yo estoy acostumbrada. El cine es otro mundo, es totalmente distinto. Por lo que no sabía si realmente estaba preparada para tener otra cintura y tratar de otra manera los temas. Y no por miedo a presentar, porque al final yo, que cambié tantas veces de registro y tan pronto te compongo una sinfonía, como te hago una peli, como te hago una serie, como desfilo, no es eso. Yo creo que al final como artista voy al mismo sitio para hacer absolutamente todo y transmito desde ahí. Es una herramienta que tengo ya tan trabajada y construida que no me da miedo. Sin embargo, sí que me daba miedo que se me encasille como presentadora y no me den más oportunidades en el cine.
El mundo de la presentadora me parece un regalo, es una maravilla. Me gusta comunicar, vocalizo bien, hay presencia y no tengo una voz que moleste. Porque a mí la voz de los niños, los pitidos o voces estridentes molestan un montón, porque yo tengo oído absoluto. Entonces pensé ‘bueno, yo creo que lo puedo hacer bien, a ver si me gusta’. Y estuve más a gusto que nunca, no sentí que trabajara para nada.
¿Cuál ha sido la peor parte de la experiencia?
Lo único malo es el frío. Allí hacía mucho frío y lo odio. Dejé la moda para no pasar frío y ahora vuelvo a pasar frío. No encuentro la profesión ni el registro en el que no tenga que pasar frío. Y eso es lo único que a mí me molestó. Pero bueno, si hay segunda temporada puedo pedir que me abriguen un poco más.
El primer día que saliste de la grabación, ¿cuáles fueron tus sensaciones?
Que pasé mucho frío. Qué putada tener que volver a pasar frío, me recordó a la época de modelo. Con casi 50 años no tuve la suerte de que me retirase nadie y tengo que seguir aquí pasando frío. Me jodió tener que volver a pasar frío en un trabajo y salí con un bajón que lloré. Influye mucho que tú estés a gusto y limita mucho a la hora de interpretar. A mí me influye mucho. Soy pesada, tengo yo esas taras. Al final, me acabó revelando por qué pienso ‘Estamos en el siglo XXI, ¿por qué las mujeres tenemos que pasar frío si algo se emite en enero?’.
Por lo demás me sentí súper a gusto y superbién con los concursantes. Que también no sabía como moderar y tratar con tanta gente distinta, porque igual no eres afín con uno o con otro. Pero lo llevé bien y me gustó mucho, la verdad. O sea, me pareció tan fácil y tan serio que me parece imposible que pueda volverse a repetir.
Tal vez es un comienzo para que te ofrezcan otros proyectos del mismo registro
Yo sería feliz rodando cuatro ediciones de Next Level Chef el año que viene, porque en tres semanas te haces un programa. Eso es un lujo. A mí me parece brutal.
Habiendo sido concursante de MasterChef Celebrity, ¿no fue difícil para ti ser imparcial al pasar de los fogones al control del programa?
Sí, yo estaba como muy mamá con los concursantes, porque son muy vulnerables. Además, ves lo mal que lo están pasando y que se juegan tanto allí, que estás como la desesperada y haces cosas que no harías. Se pasa mal por ellos y me negué a ser mala. Yo creo que como presentadora hay que ser siempre buena, hay que comprender y entender al personaje.
¿Te has preparado para este papel de presentadora de la misma manera que para uno de tus personajes?
Yo soy autodidacta. O sea, si explicara los momentos en los que yo juego con mi cabeza de cara a retos tanto para personajes como para estos proyectos me daríais por loca (risas). Pero sí hay un momento en el que me dio ansiedad e inseguridad, porque leí una noticia que me afectó bastante y utilicé eso para inspirarme. Luego continué durante todo el programa con esa senda, y fue con lo que me inspiré para decir con seguridad a cámara lo que tengo que decir.
Desde ahí conseguí la firmeza para expresar, dar fuerza y convicción. Y bueno, tiene que ver con un oso blanco polar y, a partir de ahí, ya voló mi imaginación. Y disfruté muchísimo creativamente, porque era difícil llenar un plato tan grande y debía de tener en mente algo realmente grandioso.
Muchas veces, sobre todo cuando son formatos similares, los actores tenéis en la cabeza un referente del género. ¿Hubo algún presentador o presentadora que te inspirase para darle forma a tu personaje?
Yo se lo dije a Pepe Rodríguez (MasterChef), me inspiré mucho en él. Le dije ‘quiero que sepas que eres mi inspiración a la hora de hacer esto y mi maestro, porque te admiro muchísimo’. También me gustan esas presentadoras que veo en la tele como cero cotillas y superserias, gente que de la que te fías. Tener esa fiabilidad no sé si la tengo o no, pero era mi intención.
¿Tuviste algún concursante favorito desde el principio?
Como presentadora me dieron los perfiles para estudiarlos de cara al programa. Y sí, hubo un flechazo y vi en bucle un reel de uno que me dio el fin de semana. Me alegro el fin de semana porque lloré de la risa. Se lo tuve que mandar a mi madre y a mi gente cercana. Hubo un flechazo con él porque me parece maravilloso, es un tío brutal en la comedia. También me intrigaba mucho una sexóloga, pero la cabrona no soltaba nada. Le dije ‘no me hables de cocina, que me importa una mierda. Aquí podemos hablar de sexo, ¡que es Telecinco!’. Pero no había manera (risas).
Has hablado de llenar el plató como uno de los de tus retos. ¿Cuál ha sido también otro reto que hayas tenido y tuvieras que hacer un mayor esfuerzo para conseguirlo?
Cuando un monólogo o un guion es malo, es un reto muy jodido. Porque no hay mensaje, no hay nada. Decir una frase de estas banales mal hecha es superjodido, como persona, como actor, como todo. Por eso tengo plena confianza en esto, porque para mí fue tan fácil que pensé joder, es que esto debe de molar mucho. Cuando lo vea, porque a veces ruedas una peli, la ves y dices ‘pero esto no era así', porque cortan una escena importante que cuenta todo y no. No sé lo que va a salir, pero el reto es decir una frase muy mala, que suene bien, que suene natural y que la digas a gusto, decirla lo más espontáneo y lo más real posible.
P. Telecinco está confiando plenamente en ti. Tras grabar Next Level Chef, presentaste las Campanadas. ¿Cómo estás viviendo este momento?
R. Me da tranquilidad. Obviamente seguro que contaron conmigo porque les viene genial para la promo como estrategia, pero pienso que algo habré hecho bien para presentar las Campanadas. Mola mucho tener esa tranquilidad y sentirse valorada, me siento en casa. No es fácil que te pase eso. Yo llevo luchando toda la vida. Si haces muchas cosas bien, pero hiciste mal una, se van a acordar de eso. Ellos quieren que seas mala y no es así. Llevo una vida absolutamente ordenada, soy buena gente y una profesional. Es guay entrar en una cadena sin miedo y sintiéndote a gusto.