Un abogado revela el truco para desbloquear el reparto de una herencia cuando un heredero no la acepta: “Si no dice nada, queda aceptada”

“Muchas veces vienen al despacho hermanos que están bloqueados, no saben cómo solucionar la herencia porque uno de los hermanos dice que no quiere firmar”

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Un abogado revela el truco
Un abogado revela el truco para desbloquear el reparto de una herencia cuando un heredero no la acepta: “Si no dice nada, queda aceptada”

Cuando una persona fallece, sus herederos se enfrentan a la decisión de aceptar o repudiar la herencia. Esta elección puede estar influenciada por diversos factores, como la cantidad de deudas que deja el fallecido o el elevado impuesto de sucesiones. Repudiar una herencia significa que el heredero renuncia a recibir tanto los bienes como las deudas del fallecido y, por ende, no tendrá que pagar el impuesto de sucesiones. Sin embargo, el hecho de que uno de los herederos quiera renunciar a su parte, puede llegar a complicar el proceso.

El abogado Iñaki Barredo Presa explica en un vídeo publicado en su cuenta de Linkedin que “muchas veces vienen al despacho hermanos que están bloqueados, no saben cómo solucionar la herencia porque uno de los hermanos dice que no quiere firmar y dicen: ‘ahora tenemos que irnos a juicio contra nuestro hermano, nuestra hermana’”.

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Para el letrado existe una solución clara para desbloquear este problema y es el requerimiento notarial del artículo 1005 del Código Civil, pero, ¿En qué consiste exactamente? “El notario le hace un requerimiento a ese hermano o esa hermana que no quiere aceptar la herencia para que en el plazo de 30 días se posicione y si no dice nada, automáticamente la herencia queda aceptada”.

“Antes era obligatorio acudir al juzgado”, resalta Barredo, pero “ahora tenemos esta vía intermedia a través de la notarías y en 30 días se desbloquea la herencia entre hermanos”.

Cómo renunciar a una herencia en España

Renunciar a una herencia implica rechazar de manera definitiva los derechos y obligaciones que esta conlleva. No se trata únicamente de los bienes y derechos que pudieran haber sido dejados por el fallecido, sino también de las deudas o cargas que puedan estar vinculadas a la sucesión. Es un acto formal regulado por el Código Civil español, y una vez realizado, no puede ser revocado ni modificado. Esto significa que el derecho a heredar pasa automáticamente a los siguientes llamados en la sucesión, ya sea según lo dispuesto en el testamento o, en su ausencia, conforme a las normas legales de la herencia.

Para que una renuncia sea válida, debe cumplir con ciertos requisitos. En primer lugar, solo pueden renunciar personas mayores de edad y con capacidad legal; en el caso de menores o incapacitados, será necesario obtener autorización judicial. Además, la renuncia debe formalizarse de manera expresa y mediante escritura pública ante notario o, en algunos casos, a través de un procedimiento judicial. Este acto debe ser puro y simple, sin que se puedan realizar renuncias parciales o condicionadas, ya que la ley exige que el rechazo abarque la totalidad de los derechos y obligaciones que componen la herencia.

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El proceso de renunciar a una herencia comienza con la recopilación de los documentos necesarios, como el certificado de defunción del causante, el certificado de últimas voluntades y el testamento, si lo hubiera. En caso de que no exista testamento, será necesario acreditar la línea sucesoria. Es recomendable realizar una evaluación económica de la herencia para determinar si esta incluye deudas que puedan superar los bienes, ya que ello influirá en la decisión de aceptar o renunciar. Una vez tomada la decisión, el heredero debe acudir al notario o al juzgado para dejar constancia oficial de su voluntad de repudiar la herencia, siguiendo los procedimientos establecidos.

Es importante destacar que, aunque no existe un plazo específico para formalizar la renuncia, mientras esta no se haga efectiva, el heredero conserva el derecho a aceptar la herencia. No obstante, el momento en que se realice la renuncia puede tener implicaciones fiscales. En caso de dudas sobre las posibles cargas económicas, el heredero puede considerar la opción de aceptar la herencia “a beneficio de inventario”, lo que limita la responsabilidad de las deudas al valor de los bienes heredados, protegiendo así su patrimonio personal.

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