El uso de tarjetas de crédito y débito sigue siendo una de las formas más comunes de realizar pagos, tanto en tiendas físicas como en plataformas de comercio electrónico. Sin embargo, esta popularidad también las convierte en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes.
Entre los métodos más comunes se encuentra el skimming, que utiliza dispositivos para copiar la banda magnética de las tarjetas. Los estafadores colocan lectores, también llamados skimmers, en la ranura del cajero —y en el lector con tecnología contactless— y pequeñas cámaras para capturar el PIN introducido por el usuario. El tamaño de estos dispositivos es tan pequeño que cabe perfectamente en el bolsillo del pantalón.
María Aperador, conocida en las redes como @Mariaperadorcriminologia explica que, una vez introducida la tarjeta en estos lectores falsos automáticamente extraen toda tu información valiosa —el nombre y apellidos del titular, número, fecha de expiración y número de seguridad o CVV—“para después clonarte las tarjetas y vaciar las cuentas bancarias“.
Banco Santander afirma que, una vez extraídos los datos, es posible que los estafadores se dediquen a hacer pequeñas compras “para evitar ser detectados fácilmente”, un modus operandi que recibe el nombre de carding.
Una revisión rápida del cajero
Aperador detalla que para evitar caer en este tipo de fraudes “es super importante que revisemos la apariencia del cajero”. “Debemos fijarnos si hay algún objeto extraño en la ranura donde introducimos la tarjeta”, añade la criminóloga, que asegura que esta simple comprobación no nos va a llevar más de diez segundos realizarla “y nos va a salvar de poder perder todo nuestro dinero”.
Banco Santander explica que es fundamental buscar señales de manipulación como teclados sobrepuestos, ranuras extrañas o rastros de pegamento. Si detectas algo fuera de lo normal evita usarlo. Asimismo, evita lugares oscuros o aislados, ya que suelen ser aprovechados por los delincuentes para instalar dispositivos fraudulentos.
Más consejos de los expertos
Una de las estrategias más eficaces para blindarnos ante este tipo de fraude es revisar periódicamente tus extractos. Esto te permitirá confirmar que todas las transacciones coincidan con los movimientos autorizados en tus tarjetas y detectar cualquier cobro o retiro sospechoso.
Además, activar las notificaciones en tu móvil es una medida que te permite reaccionar rápidamente en caso de transacciones no reconocidas, lo que facilitará que podamos bloquear de inmediato de la tarjeta y el contacto con el banco. También es recomendable configurar tu tarjeta a través de tu banca digital, si es posible. Así puedes habilitar o deshabilitar funciones como el pago sin contacto, las compras en línea o el uso fuera del país, lo que te da un mayor control sobre las operaciones realizadas.
Es muy importante también la prudencia con tus claves. “Nunca compartas tu PIN con nadie, ni lo guardes en tu teléfono, y recuerda cubrir el teclado con la mano al ingresarlo para evitar que sea visto o grabado”, advierte Banco Santander. Además, al realizar pagos en restaurantes, supermercados u otros comercios, no pierdas de vista tu tarjeta y, de ser posible, manipúlala tú mismo. Esto reduce el riesgo de que sea pasada por dispositivos ilegales.