A veces, para poder juzgar los hechos es necesario ver las dos caras de la moneda. Y es justo eso lo que ha mostrado Jesús Soriano, conocido desde hace siete años como de Soy Camarero. En sus redes sociales, donde cosecha cientos de miles de likes, recopila las denuncias de los trabajadores del sector hostelero. Sus publicaciones se centran en reacciones de clientes y ofertas de trabajo abusivas, aunque también suele aplaudir las respuestas contundentes de algunos restaurantes ante reseñas descabelladas de los clientes, como ha ocurrido en esta ocasión.
El sábado, Soy Camarero se hacía eco a través de su cuenta de X (antes Twitter) de la respuesta de un restaurante ante la queja de uno de sus clientes. “El encargado con gafas calvo, es muy maleducado. Decía que molestábamos porque estamos en el medio, nos movimos, y después fuimos a servir una birra y nos dijo que no porque le vacilamos. Nos movimos para no molestar y aun así no nos quiso servir. Creo que tiene una visión muy equivocada de las cosas”, aseguraba en comentario. A priori, podría parecer una reclamación justa y con peso, sin embargo, la respuesta del local deja muy claro que siempre es importante contar con las dos versiones.
“Buenas tardes. Soy el calvo. Estaría bien matizar las cosas, y contar más bien la verdad”, responde para empezar el camarero al que se referían. En su réplica detalla una a una las razones del trato que recibieron los clientes del grupo y asegura que siempre se comportó con ellos con educación.
En primer lugar, expone que mintieron sobre el tiempo que estarían en el local y el número de personas que serían: “Llegáis y no hay sitio (sois 5 personas), pero como nos decís que sólo vais a tomar una caña y os vais, os acomodamos en un barril para cuatro personas. Aparecen tres más. Ya sois ocho. Os digo que no cabéis, y me decís que en diez minutos os vais. Seguís pidiendo bebida y no os vais como dijisteis”, señala el camarero.
“Aún así, no pasa nada, pero os pido que no bloqueéis el acceso al almacén. Os lo tuve que repetir cinco veces, muy educadamente. ¿Solución? No serviros más bebida, para que os vayáis de manera sana y coherente, sin que se os tenga que echar del bar”, explica antes de añadir la puntilla final: “Se me conoce por ser excesivamente amable y paciente. Siempre sonriendo. Pero no me gusta que me tomen el pelo (¡nunca mejor dicho!)”
La reacción de los usuarios
El tuit, que acumula más de 5.000 me gusta, también ha recibido decenas de respuestas de otros usuarios de la plataforma que se muestran indignados ante la actitud del cliente y su osadía al poner un comentario basado en una mentira. “Si es que hay que ver las 2 versiones. El cliente que pone la queja tiene un morro que se lo pisa, pero así como él, mucha gente, para desgracia de quienes les tienen que aguantar”, dice uno. “¿Está gente que pone una crítica a sabiendas de que están mintiendo como pretenden educar a sus hijos?”, añade otro.