Esta semana, el nuevo ministro de Justicia de Francia, Gérald Darmanin, reafirmó su determinación de “limpiar las prisiones” y aislar a los 100 narcotraficantes más peligrosos para impedir que continúen con sus actividades delictivas o que ordenen asesinatos desde sus celdas. Su promesa es que los capos del narcotráfico que están en prisión tengan el mismo régimen penitenciario que los terroristas. Por ello, ha pedido a su administración que le haga una lista de “los 100 mayores narcotraficantes encarcelados, susceptibles de tener contactos con el exterior para continuar sus actividades criminales”. Una vez identificados, el objetivo es aislarlos “como se hace con los terroristas para que no puedan encargar atentados yihadistas”.
Pocos días después de estas declaraciones, la prisión de Fresnes, al lado de París, ha descubierto dentro de sus instalaciones un kilo de resina de cannabis, 45 teléfonos de la marca iPhone, 21 tarjetas SIM, paquetes de hojas de CBD, cigarrillos electrónicos, un destornillador y decodificadores para Amazon TV. Estos artículos no se encontraron en las celdas de los prisioneros ni en el patio de recreo, sino en cajas de alimentos, como ha confirmado la fiscalía de Créteil y ha publicado el medio Le Parisien. En concreto, los objetos estaban ocultos en cajas de queso rallado destinadas a la venta a los reclusos a través del sistema de cantina.
Los palés habían sido entregados por Transgourmet, un mayorista de alimentos con sede en esa misma región y que abastece a restaurantes, comedores escolares y otros lugares de restauración colectiva, incluidas las prisiones. La detección de la droga y los teléfonos fue realizada por los vigilantes responsables de la cantina de los presos. Dada la gravedad de los hechos, la fiscalía de Créteil asignó la investigación al servicio departamental de policía judicial del Val-de-Marne, especializado en casos de narcotráfico.
Hallazgos de esta magnitud, poco frecuentes
Aunque no es la primera vez que se encuentran drogas y teléfonos en la prisión de Fresnes, es raro que se descubran en cantidades tan significativas.
En marzo de 2023, un dron fue interceptado tras dejar un paquete en uno de los patios, que contenía 70 gramos de resina de cannabis, un iPhone y un cable de carga. En octubre de 2022, otro dron dejó tres paquetes con cuatro teléfonos móviles, cables de cargadores USB y dos envoltorios que contenían lo que parecía ser cannabis. Y a finales de 2021, un vigilante fue arrestado tras intentar introducir resina de cannabis en el penal.
En las prisiones francesas, 17.000 de los 60.000 internos se encuentran entre rejas por delitos vinculados al tráfico de droga, pero muchos continúan con su actividad a pesar de estar encarcelados. Por ello, el nuevo ministro ha propuesto también realizar “operaciones de aprehensión masiva de teléfonos móviles”, además de su propuesta de identificar y aislar a los jefes de las bandas. El político también ha planteado la posibilidad de crear una fiscalía especializada en ese tipo de delitos, a imagen de las que ya existen para luchar contra el terrorismo y contra las infracciones fiscales y financieras.