La Justicia reconoce la incapacidad permanente a una empleada en una fábrica de conservas que alegó que los dolores “no le dejaba vivir”, pero a la que la Seguridad Social le rechazó la pensión

Una trabajadora de 56 años, empleada en una fábrica de conservas en España, ha logrado que el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja reconozca su derecho a una pensión de incapacidad permanente total, después de que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) rechazara inicialmente su solicitud.

Según recoge el medio Todo Disca, la mujer presentó un extenso historial médico que detalla múltiples dolencias que afectan gravemente su calidad de vida, pero la Seguridad Social consideró que no cumplía con los requisitos necesarios para acceder a esta prestación.

El caso se remonta al 13 de abril de 2023, cuando la trabajadora inició el proceso para solicitar la incapacidad permanente. En su solicitud, incluyó un informe médico que documentaba diversas enfermedades y afecciones que, según su testimonio, le generan un dolor constante que “no le dejaba vivir”.

La mujer, operaria en una fábrica, alegó que sufría fribomialgia, dolores poliarticulares, lumbalgia recurrente, cefaleas, trocanteritis bilateral, trastorno adaptativo mixto, trastorno de estrés postraumático, dolor óseo y muscular en diferentes localizaciones del cuerpo y dolor a la movilización de las extremidades.

A pesar de la gravedad de su situación, la Seguridad Social determinó que no existían fundamentos suficientes para otorgarle la pensión contributiva.

En este caso particular, la trabajadora decidió impugnar la decisión del INSS ante los tribunales, argumentando que su estado de salud le impedía desempeñar su actividad laboral habitual.

En el proceso judicial, los magistrados analizaron el cuadro clínico presentado por la demandante, el cual incluía tanto dolencias físicas como psicológicas. Según el citado medio, que ha tenido acceso a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, los jueces concluyeron que las afecciones de la trabajadora eran incompatibles con su desempeño como operaria de fábrica, lo que respaldó su solicitud de incapacidad permanente total. Este tipo de pensión permite a los beneficiarios recibir una prestación económica al no poder continuar con su profesión habitual, aunque podrían desempeñar otras actividades laborales compatibles con su estado de salud.

Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja falló a favor de la trabajadora, confirmando su derecho a recibir la pensión de incapacidad permanente total.

La pensión por incapacidad permanente en España es una prestación económica destinada a quienes, por enfermedad o accidente, ven reducida o anulada su capacidad laboral de forma definitiva.

Esta prestación puede otorgarse en cuatro grados: parcial, total, absoluta y gran invalidez, dependiendo de la afectación sobre la actividad laboral del solicitante.

Para acceder a la pensión, es necesario cumplir con requisitos como estar afiliado y en alta o situación asimilada al alta en la Seguridad Social, haber cotizado un periodo mínimo (que varía según la edad y la causa de la incapacidad) y que la incapacidad derive de una patología debidamente reconocida y valorada por la Seguridad Social.

En caso de accidente laboral o enfermedad profesional, no se exige periodo de cotización previo.

La cuantía de la pensión depende del grado de incapacidad reconocido y de la base reguladora del beneficiario. Para la incapacidad total, se otorga el 55% de la base reguladora, que puede aumentar al 75% si se tiene más de 55 años y se evidencia dificultad para acceder al mercado laboral.

En el caso de incapacidad absoluta, se percibe el 100%, y en la gran invalidez, se añade un complemento por necesidad de asistencia de otra persona.

Estas cifras están sujetas a actualizaciones y límites establecidos anualmente por la Seguridad Social.