El Ayuntamiento de Madrid que dirige José Luis Martínez-Almeida por fin va a arreglar el muro de cerramiento que rodea y protege al cementerio de Vallecas, situado dentro del casco histórico del distrito de Villa de Vallecas y anexionado a la capital en 1950. Parte del muro se cayó en marzo y la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid acaba de adjudicar por fin hace unos días por procedimiento de urgencia el contrato para ejecutar las obras por valor de 145.530 euros, nueve meses después de que se produjeran los desperfectos.
El cementerio de Vallecas tiene una extensión de 21.170 metros cuadrados. La distribución es un tanto irregular y se encuentra encajonado entre calles limítrofes en su lado oeste, varias instalaciones deportivas por el norte y sur y por la avenida del Ensanche de Vallecas en su lado este. Un pequeño remanso de paz y descanso en el mismo corazón del distrito de Villa de Vallecas. La memoria justificativa no informa de los motivos por los que se cayó el muro, pero sí se tuvieron que adoptar medidas de seguridad iniciales “que consistieron en la demolición del resto de muro de mampostería en mal estado, la revisión del estado del módulo de nichos colindante con el muro derrumbado, y el posterior apuntalamiento del módulo de nichos”.
Después se instaló un vallado perimetral provisional, mientras se redactaba el proyecto de ejecución del nuevo muro. Este proyecto se remitió el pasado mes de junio a la Junta Municipal de la Villa de Vallecas, que una vez revisado, informó sobre la necesidad de obtener la autorización del Servicio de Conservación de Zonas Verdes, que lo estudió en agosto. La burocracia se puso entonces en marcha. Hasta el pasado 11 de noviembre no se remitió por parte de la Junta Municipal el informe favorable para la ejecución de las obras de remodelación de parte del muro.
La caída del muro provocó lo inevitable, según reconoce la propia empresa pública de Madrid que gestiona los 14 cementerios de la capital: que se colara gente dentro del de Vallecas de manera “irregular”. Además, una fuerte tormenta a finales de noviembre provocó la caída de un árbol en la zona vallada. Lo más grave sucedió la tarde noche del 25 de noviembre, cuando un indigente consiguió acceder dentro del cementerio a pesar de la valla y sufrió una electrocución al intentar conectar su teléfono móvil a uno de los cuadros que se encontraban dentro del recinto.
“Grave peligro para las personas”
“A la vista de los acontecimientos ocurridos, y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde la adopción de medidas de seguridad por causas ajenas a la Empresa de Servicios Funerarios de Madrid, y al existir un grave peligro para las personas que puedan invadir de forma irregular la zona asegurada, más si cabe, por la proximidad al recinto de las instalaciones deportivas de las que hacen uso los menores de la zona, se requiere la ejecución inmediata de las obras necesarias”, señala el pliego de contrato, que ha sido adjudicado a la compañía Serrazar SL, que podía llevar a cabo las obras se forman inminente debido a la situación de emergencia. “La elección de esta empresa ha estado motivada por su disponibilidad, y experiencia en la ejecución de obras de iguales características y procedimiento”. Según un portavoz del Ayuntamiento, se va a reconstruir “la totalidad del muro que hace de cerramiento a una parte de la calle y a una zona deportiva, en total 50,35 metros lineales de longitud”.
Esta no será la única obra que se acometerá en los cementerios de Madrid. El Ayuntamiento inició el último día de 2024 la licitación para hacer algunas mejoras en el camposanto más grande de Madrid, el de la Almudena. Valorado en un millón de euros, el objetivo de los trabajos es la rehabilitación de la Sección 10 del cementerio (que incluye 136 nichos), sus muros perimetrales y el acondicionamiento de la capilla.