Monitoreo constante y permiso para ir al baño: una trabajadora de Amazon revela como “llevan al límite” a los empleados

En épocas como Navidades o el Black Friday, el número de pedidos se multiplica, por lo que se busca que los trabajadores sean más rápidos para entregar a tiempo los paquetes

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Un trabajador junto a un
Un trabajador junto a un robot en un almacén de Amazon. (Amazon)

Con la llegada de las Navidades, los consumidores de todo el mundo se afanan en buscar los mejores regalos para sus familiares y amigos. Con el auge de las nuevas tecnologías, la forma en la que compramos ha evolucionado: cada vez es menos frecuente caminar durante horas por las tiendas buscando los productos que nos queremos llevar, ya que tenemos al alcance de nuestra mano un catálogo casi infinito con todo lo que podemos desear, y sin la necesidad de salir de casa.

Empresas como Amazon, Shein o Aliexpress se han convertido en protagonistas de los teléfonos y ordenadores de la mayoría de personas. Buceamos durante horas en las pestañas en las que se ofertan una gran cantidad de productos: ropa, libros, dispositivos electrónicos, juguetes... Y, para adquirir el que queremos, es tan sencillo como incluirlo en la cesta y pagar. A los pocos días llegará a casa nuestro pedido. Fácil y rápido.

Sin embargo, todo este proceso tiene una cara B: detrás de cada uno de estos paquetes hay miles de trabajadores que se encargan de la logística de la empresa. En eventos señalados como el Black Friday o las Navidades, la carga de trabajo de estos empleados se multiplica, siendo necesario aumentar el ritmo para llegar a tiempo a los hogares de millones de personas. Por esta razón, en muchas compañías se lleva a cabo un monitoreo y control de la productividad de los trabajadores, algo que han criticado y denunciado algunos de ellos.

“Los empleados están bajo presión”

En un reportaje publicado recientemente por el medio italiano Leggo, Francesca (nombre ficticio para mantener el anonimato y evitar posibles represalias en su puesto laboral) ha explicado cuál es su experiencia trabajando en una de las plataformas de venta online más grandes del mundo, Amazon: “Los empleados están bajo presión durante un período muy largo, desde el comienzo del Black Friday, a finales de noviembre, hasta mediados de enero, cuando continúan los pedidos de los recién llegados de Navidad”.

Francesca trabaja en un almacén de Italia de esta compañía y asegura que los empleados son sometidos a un gran control por parte de los encargados y jefes, todo ello con el objetivo de no ralentizar el ritmo y controlar su productividad: “Cada empleado tiene un dispositivo que se entrega por la mañana, nos registramos y todo lo que hacemos durante nuestro turno es seguido a través de esta PDA”. Con este dispositivo se comprueba cómo trabaja el empleado, cuánto tarda en preparar los paquetes y en qué puesto se encuentra. Además, Francesca afirma que con estos datos se elabora un ránking para que los encargados puedan conocer quiénes son los más rápidos y los más lentos.

Fotografía del exterior de un
Fotografía del exterior de un almacén y centro de distribución de Amazon. (Cj Gunther/EFE)

“Cuando salgo con los conductores, donde comprobamos si las furgonetas están aseguradas, cargamos pedidos y realizamos otras tareas, es imposible ir al baño o parar, y este trámite dura entre 2 y 3 horas. Mientras que cuando estés dentro del almacén puedes ir al baño, pero primero tienes que avisarles, porque siempre debe haber alguien listo para reemplazarte”, asegura Francesca con respecto a su experiencia trabajando en Amazon.

Es una empresa en la que es importante que nada falle en la cadena que lleva cada pedido a su respectivo destino, por lo que el tiempo invertido también resulta especialmente relevante. Pese a ello, en los almacenes está prohibido correr para evitar lesiones o que otros compañeros de trabajo se alerten pensando que hay algún peligro o fallo. Sin embargo, Francesca explica que sí se les invita a hacer sus tareas de forma rápida con el objetivo de reducir el tiempo, llevando “un ritmo amazónico”.

La joven trabajadora de Amazon también habló en el medio Leggo sobre los contratos por periodos cortos que se potencian en campañas en las que aumenta enormemente el número de pedidos, como el Black Friday o Navidad: “Estas nuevas personas contratadas son llevadas al límite, aprovechando que tienen que ‘ganarse’ su lugar en la empresa, con la esperanza de que les renueven el contrato.

Para conocer la motivación y el bienestar de los empleados, la empresa realiza encuestas periódicas. Este procedimiento es muy importante en cualquier compañía, pues permite contar con la opinión de los trabajadores para cambiar aquello que funcione mal y mejorar ciertas dinámicas. Sin embargo, Francesca lo ve como un arma de doble filo: “Las respuestas son siempre positivas porque la encuesta se realiza tras iniciar sesión en el dispositivo y, por tanto, es nominativa. ¿Por qué debería hablar mal de un entrenador si pretendo que me renueven el contrato?”.

El caso de Francesca pone de relieve las presiones y controles a los que son sometidos muchos trabajadores de esta y otra compañía, buscando potenciar al máximo la productividad y reducir los tiempos. Por esta razón, ya son muchos los empleados que han denunciado estas dinámicas.

Black Friday 2024 llega con "menor intención de compra" y con alerta de sufrir estafas online.
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