Este es el único caso en el que puedes perder el derecho a devolver el recibo de un banco

Este escenario, poco conocido pero relevante, está regulado por normativas financieras y puede tener importantes implicaciones económicas

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Persona leyendo una carta (Adobe
Persona leyendo una carta (Adobe Stock)

La posibilidad de devolver un recibo bancario es una herramienta que muchas personas utilizan para gestionar pagos no autorizados o corregir errores en sus cuentas. Sin embargo, este derecho no es absoluto, y existe un caso específico en el que se puede perder la opción de devolver un recibo.

Este escenario, poco conocido pero relevante, está regulado por normativas financieras y puede tener importantes implicaciones económicas.

Cuándo un usuario puede perder el derecho a devolver un recibo

El Banco de España detalla las condiciones bajo las cuales un cliente puede renunciar al derecho de devolución de recibos domiciliados, un aspecto regulado por la normativa de servicios de pago. Según informa el organismo, esta renuncia no puede realizarse de manera arbitraria ni en cualquier documento, sino que debe estar claramente estipulada en el contrato principal entre el cliente y la entidad bancaria.

De acuerdo con la normativa vigente, el derecho de devolución de recibos varía dependiendo de si el pago fue previamente autorizado o no. En los casos en los que el cliente haya autorizado el pago, el plazo para solicitar la devolución es de ocho semanas. Por otro lado, si el pago no fue autorizado, el plazo se extiende hasta 13 meses. Sin embargo, el Banco de España explica que existe la posibilidad de que el cliente y el proveedor acuerden la renuncia a este derecho, siempre que se cumplan ciertos requisitos específicos.

Entre las condiciones establecidas, el cliente debe haber otorgado su autorización directamente al proveedor o a la empresa que emite el recibo. Además, el proveedor tiene la obligación de informar al cliente sobre el pago con al menos cuatro semanas de antelación a la fecha en que se realizará el cargo. Estas medidas buscan garantizar que el cliente esté plenamente informado y haya dado su consentimiento de manera explícita antes de renunciar a su derecho de devolución.

La institución financiera nacional también explica que esta renuncia no puede incluirse en documentos secundarios, como las órdenes de domiciliación de recibos. Según las buenas prácticas bancarias, cualquier acuerdo relacionado con la renuncia al derecho de devolución debe figurar exclusivamente en el contrato marco que regula la relación entre el cliente y el proveedor de servicios de pago. Esto significa que las entidades bancarias no pueden interpretar que la firma de una orden de domiciliación implica automáticamente la aceptación de la renuncia al reembolso.

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En este contexto, el organismo subraya la importancia de respetar las normativas y los criterios de buenas prácticas en las relaciones entre los clientes y las entidades financieras. La inclusión de cláusulas de renuncia en documentos secundarios podría generar confusión y vulnerar los derechos de los consumidores, por lo que es fundamental que estas disposiciones se acuerden de manera clara y transparente en el contrato principal.

El cumplimiento de estas normativas no solo protege los derechos de los clientes, sino que también fomenta la confianza en el sistema financiero. La claridad en los acuerdos y la comunicación previa sobre los pagos son elementos esenciales para garantizar una relación justa y equilibrada entre las partes involucradas.