Cómo limpiar la nevera por dentro en pocos minutos

En materia de limpieza, no hay que olvidarse del electrodoméstico encargado de salvaguardar los alimentos. Como mínimo, es aconsejable limpiarlo una vez al mes por dentro, sobre todo para eliminar los malos olores, moho, hongos y otras bacterias. Para una limpieza profunda y eficaz, resulta conveniente quitar todo del interior de la nevera: los alimentos, sus cajones, baldas, hueveras…

Antes de proceder a la limpieza interior del electrodoméstico, se debe preparar de la siguiente manera:

En primer lugar, apagar o desconectar la nevera, para evitar el pitido de “puerta abierta” o el consumo excesivo de electricidad. En segundo lugar, retirar la comida y guardarla en un lugar fresco, lejos de fuentes de calor que puedan estropearla. Y por último, retirar las baldas y cajones que se acomodan en la puerta.

Aunque se pueda limpiar el electrodoméstico junto a todos sus objetos, esto podría facilitar la aparición de la suciedad en las ranuras laterales que las sujetan, según han comentado desde el portal web Hogarmania.

Una vez preparada la nevera, puesto a salvo los productos y retirado los cajones y baldas del interior, hay que fabricar la mezcla que limpiará la nevera por completo. En este caso, existen tres niveles que hay que tener en cuenta basándonos en la suciedad acumulada.

El primer nivel se trataría de una nevera poco sucia. En este caso la nevera se conserva bien, no se ha derramado ningún alimento o líquido y se puede limpiar simplemente con un poco de agua caliente, jabón y limón. En un pulverizador, se vierten 1,5 litros de agua caliente junto con un chorrito de jabón líquido para lavavajillas y zumo de limón. Se agita bien la disolución para asegurar la correcta mezcla de los ingredientes y se vierte por todo el electrodoméstico. A continuación, se pasa una esponja o trapo para retirar la mezcla.

El segundo nivel estaría enfocado a las neveras sucias. Esto es cuando la nevera presenta manchas amarillas y un tacto pegajoso por el vertido de líquidos o comida en el interior. En este caso, la fórmula del limpiador sería más fuerte: una taza de agua hirviendo, una taza de vinagre blanco, zumo de limón y una cucharadita de bicarbonato de sodio. Se rociaría por todo el interior con un espray y se dejaría actuar entre 10 y 15 minutos. Una vez finalizado el tiempo, se retiraría con un paño húmedo o una esponja.

En el tercer nivel estarían las neveras muy sucias. En este caso, las neveras, o bien nunca se han limpiado o, se ha caído en el interior un alimento aceitoso o cuyos colorantes han casado muy mal olor. Si esto fuera así, habría que acudir a productos de limpieza especializados.

Hay que limpiar los cajones y las baldas de cristal solo cuando estos estén a temperatura ambiente. Tanto las baldas como los cajones se pueden limpiar utilizando alguna de las mezclas anteriormente mencionadas. Dependiendo de la suciedad, se deberá optar por uno u otro. Cuando se hayan limpiado, se podrán secar con una bayeta que no suelte pelusas o con papel de cocina.

Así, en 20 minutos o menos se habrá hecho una limpieza profunda del interior de la nevera.