A partir del 1 de enero de 2025, la Seguridad Social implementará una reforma clave en su estructura de cotizaciones, introduciendo una nueva figura conocida como “cuota de solidaridad”. Este cambio afectará directamente a los asalariados cuyos ingresos superen la base máxima de cotización, establecida para 2025 en 4.909 euros mensuales (58.908 euros anuales). Con una estructura progresiva y diseñada para reforzar los ingresos del sistema de pensiones, esta medida implica un impacto económico considerable para quienes perciben salarios altos.
¿Qué es la cuota de solidaridad?
La cuota de solidaridad es una cotización adicional que se aplicará a la parte del salario que exceda la base máxima de cotización. Este sistema no afectará a los trabajadores autónomos, sino exclusivamente a los asalariados por cuenta ajena. La medida responde a la necesidad de incrementar los recursos de la Seguridad Social para garantizar la sostenibilidad del sistema ante desafíos futuros, como el aumento de jubilaciones proyectado para la década de 2040.
La distribución del coste de esta cotización será desigual entre empleador y empleado: alrededor del 83,4% estará a cargo de la empresa, mientras que el 16,6% recaerá sobre el trabajador.
Aplicación progresiva de las cuotas
El cálculo de esta nueva cotización se realizará por tramos:
- Primer tramo: Para los ingresos que excedan en hasta un 10% la base máxima, se aplicará un tipo del 0,92%.
- Segundo tramo: Los salarios que superen la base máxima entre un 10% y un 50% estarán sujetos a una cotización del 1%.
- Tercer tramo: Para la parte del salario que exceda la base máxima en más de un 50%, el tipo será del 1,17%.
Por ejemplo, un salario mensual de 5.400 euros, que supera la base máxima en un 10%, implicará una cotización extra de aproximadamente 4,5 euros mensuales, lo que se traduce en 54 euros al año. Si el salario ascendiera a 7.363,5 euros mensuales (un 50% por encima de la base), el coste adicional mensual sería de 24,13 euros, alcanzando los 289,56 euros anuales.
Perspectiva a largo plazo
Aunque en su etapa inicial los tipos aplicados serán moderados, el sistema prevé incrementos graduales. Para 2045, las cotizaciones se elevarán al 5,5% en el primer tramo, 6% en el segundo y 7% en el tercero. Sin embargo, este aporte extra no generará derechos adicionales en la pensión, lo que ha suscitado críticas entre algunos sectores.
Junto con la cuota de solidaridad, se mantendrá vigente el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), cuya finalidad es alimentar la reserva de las pensiones. Este mecanismo se aplicará a todos los trabajadores, aumentando al 0,8% en 2025 y alcanzando el 1,2% en 2029.
Objetivo de la reforma
El diseño de esta medida se enmarca en la estrategia del Gobierno para proteger la solvencia de la Seguridad Social a largo plazo. El exministro José Luis Escrivá, impulsor de esta reforma, destacó que el aumento de las cotizaciones, combinado con la actualización de las bases máximas por encima del IPC, busca enfrentar los desafíos demográficos y económicos que pondrán presión sobre el sistema en las próximas décadas.
Los ingresos adicionales derivados de estas medidas, junto con las subidas de las pensiones contributivas y las bases máximas de cotización, aspiran a garantizar un equilibrio financiero en un contexto de creciente demanda por prestaciones sociales.