Los reyes Felipe VI y Letizia han pasado una Nochebuena llena de paz, alegría y amor junto a sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y Paloma Rocasolano. Además, disfrutaron el día de Navidad en compañía de la reina Sofía y su hermana, Irene de Grecia. Dichas reuniones familiares ponen de manifiesto la buena armonía y conexión que existe entre ellos. Sin embargo, no siempre fue así.
La periodista y experta en Casas Reales Pilar Eyre ha traído al presente las últimas Navidades de Juan Carlos y Sofía antes de ascender al trono. En concreto, la también escritora habla de las festividades navideñas que tuvieron lugar en 1975, tiempo en el que el matrimonio tenía el título de Príncipes de España y sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe, eran unos niños.
Como es habitual, la pareja se dispuso a preparar con detalle sus Navidades. En principio, su intención era viajar a Estoril con los padres de Juan Carlos, pero Sofía no estaba muy de acuerdo con esta idea, según desvela Eyre en su canal de YouTube. “Ella dijo ‘basta’. No se sentía a gusto y empezaron a celebrar la Navidad en el Palacio de la Zarzuela”, cuenta la periodista.
“Juan Carlos aún guardaba las apariencias”
De acuerdo con el testimonio de Pilar Eyre, los después nombrados reyes Eméritos pasaron la “Navidad de 1974 con toda la familia de Sofía”. La experta en Casas Reales contextualiza que, para entonces, Constantino de Grecia había sido expulsado recientemente de su país y eso le llevó a vivir de una forma precaria durante años. “Se alojaron en la Zarzuela y pasaron la Nochebuena y la Navidad allí. Se reunieron 20 o 30 personas alrededor del árbol de Navidad para después asistir a la tradicional misa”.
Tras estas fechas tan señaladas, la familia al completo puso rumbo al Valle de Arán, donde disfrutaban de intensas jornadas de esquí. De hecho, esta parte de la historia la vivió en primera persona Pilar Eyre, quien recuerda que se comportaban con total naturalidad e, incluso, hacían cola en los telesillas. Y es que, para entonces, Juan Carlos todavía “guardaba las apariencias” y hacía ver que su matrimonio gozaba de una gran armonía.
“La Reina no era muy simpática, mantenía las distancias. Se la escuchaba gritar a don Felipe mientras bajaban la pista”, detalla en el videoclip de YouTube. “En esa época, no tenían casa. Se alojaban en el Hotel Montarto, que está a pie de pista y ese año cogieron toda una planta porque invitaron a toda la familia”, continúa detallando.
“Sin reverencias ni nada parecido”
Sus días en el Valle de Arán estaban destinados a disfrutar de la nieve y desconectar de sus responsabilidades institucionales como miembros de la realeza. “A primera hora de la mañana salían a esquiar y por la noche bajaban a la discoteca del hotel. Allí, coincidieron en varias ocasiones con Carmen Martínez-Bordiú y su entonces marido, Alfonso de Borbón”, asegura la experta.
Eyre señala que todo el mundo destacaba la simpatía de Juan Carlos allá por donde fuese, mientras que no era la misma sensación la que desprendía Sofía. Pendientes de cada detalle, la pareja alentaba a sus hijos a saludar a los dueños de los locales que regentaban de forma habitual, pues entonces “no había reverencias ni nada parecido”.
“Había mucha incertidumbre con respecto a su futuro. No se sabía cuánto podía durar Franco, no se sabía si era cierto que sería su sucesor y si los españoles aceptarían una monarquía (...) Tenían mucho cuidado de mostrar una imagen sencilla, próxima a la gente”, destaca la escritora. Tanto era el cuidado que tenían los entonces Príncipes de España que, incluso, se pudo ver a Sofía riñendo a sus hijas “por tener un gesto desagradable” con su monitor.