El agente inmobiliario tras vender un piso de 19 metros útiles en Madrid por cerca de 200.000 euros: “Si lo vendes por debajo la Agencia Tributaria te pregunta”

A principios de verano, un video de TikTok lanzó al estrellato a Julio Alcalde, el representante de la inmobiliaria ‘Élite Alcalá’, cuya imagen enseñando un piso en el centro de Madrid se paseó por los móviles y los medios de comunicación de todo el país. No era para menos. Alcalde estaba mostrando las bondades de un ático en venta en el barrio de Chamberí, que se anunciaba como “magnífico”, “superluminoso” y “acogedor”, un eufemismo para no decir la palabra “pequeño” o “minúsculo”. La vivienda recién reformada, que no supera los 27 metros cuadrados, estaba en venta por el módico precio de 199.000 euros.

“¿Es broma, no?” Se preguntaban miles de personas en las redes sociales que hicieron que las visitas de video subieran como la espuma y dieran una nueva perspectiva al debate de la vivienda, que ha hecho salir a la calle a miles de personas en todo el país para exigir la regulación de los precios del alquiler. Pero no, no era broma. De hecho, el piso ya se vendió. Lo cuenta el propio Alcalde en Xplica, un programa de La Sexta. “Se ha vendido por un poquito menos de los 200.000 euros”, comenta en el plató donde detalla que “lo ha comprado una familia para su hija en Madrid”.

El agente inmobiliario también añade que que el piso tiene “27 metros cuadrados, pero, realmente habitables, si quitas la altura de las buhardillas, son 19 metros cuadrados útiles”. No obstante, asegura que es un caso común que refleja la realidad del mercado en la capital “En Madrid, el valor mínimo de referencia que se establece es de 5.600 euros el metro cuadrado. Si tú lo vendes por debajo la Agencia Tributaria te pregunta”, asegura el agente que sostiene que no es una extrañeza ni una novedad: “Desde los 20 a los 45 metros y llevan hechos 100 años, no es que hayan hecho pisos más pequeños”.

En el mismo programa y con otro punto de vista muy diferente, el constructor José Antonio Martín Reina cuestiona las condiciones de este tipo de viviendas a las que asegura que no concedería la cédula de habitabilidad. “Yo hice una reforma en Lavapiés de un piso similar y a mí, sinceramente, cuando llegó la pandemia se me abrieron las carnes pensando en quién estaría viviendo ahí. Es un piso super oscuro con un ventanuco que daba a un patio interior y dije madre mia”.