Un empleado despedido de un banco chantajea a sus antiguos jefes con información de fraude y pide 2 millones: la Justicia lo condena porque se lo inventó todo

El hombre ha sido declarado culpable de intento de coacción y falsificación de documentos

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La torre de la sede
La torre de la sede del Banco de Pagos Internacionales (BPI) en Basilea, Suiza (REUTERS/Arnd Wiegmann)

Un ex empleado de un banco suizo ha sido condenado en Ginebra por un tribunal penal debido a un intento de chantaje contra su antiguo empleador. El acusado, cuya identidad no se divulgó, fue declarado culpable de intento de coacción y falsificación de documentos, recibiendo una pena de 180 días de prisión condicional y una multa de 500 francos suizos.

El caso se originó cuando el ex empleado amenazó al banco con revelar información interna sensible, exigiendo 450.000 francos a cambio de su silencio. Según la fiscalía, el acusado fabricó documentos para sustentar sus afirmaciones y reforzar su demanda. Durante el juicio, el tribunal determinó que los documentos eran falsificados y que las amenazas constituían una tentativa de chantaje, aunque el acusado nunca logró obtener el dinero solicitado.

La defensa argumentó que el acusado actuó bajo presión tras haber sido despedido, pero el tribunal rechazó esta postura, considerando que su comportamiento era premeditado y grave. Este caso ha generado atención mediática por la implicación de un profesional bancario en actividades ilegales, resaltando las medidas estrictas de seguridad y ética que rigen en el sector financiero suizo.

El delito de falsedad documental

La falsedad documental es un delito que se configura cuando una persona altera, manipula o elabora un documento falso con el propósito de engañar o causar perjuicio a terceros. Este tipo de delito atenta contra la confianza que se deposita en la autenticidad de los documentos, un elemento fundamental en el ámbito jurídico, económico y administrativo.

Existen dos tipos principales de falsedad documental. La primera es la falsedad material, que se da cuando se altera físicamente un documento, ya sea mediante la modificación de su contenido, la adición o supresión de datos, o la fabricación de un documento completamente falso. La segunda es la falsedad ideológica, que ocurre cuando el documento en cuestión es auténtico en su forma pero contiene información falsa en su contenido, ya sea porque los hechos relatados no corresponden a la realidad o porque omite intencionadamente datos esenciales.

El delito de falsedad documental suele estar regulado como un ilícito grave en los códigos penales, ya que puede causar importantes daños económicos y sociales. Las penas varían dependiendo del ordenamiento jurídico y la gravedad del acto, considerando factores como el tipo de documento falsificado (público o privado), la intencionalidad del autor y el perjuicio causado. Los documentos públicos, por su naturaleza oficial, suelen estar sujetos a sanciones más severas en caso de falsificación.

El delito de coacciones

El delito de coacciones consiste en obligar a una persona, mediante violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto contra su voluntad, cuando este acto no constituye un delito. Este comportamiento atenta contra la libertad individual y está tipificado en los códigos penales como una infracción que puede implicar penas de prisión o multas, dependiendo de la gravedad de los hechos.

Para que se configure el delito de coacciones, es necesario que se utilice un medio de fuerza, ya sea física o psicológica, y que esto limite la capacidad de la víctima para actuar libremente. Además, el acto impuesto a la víctima debe ser ilegítimo, es decir, no amparado por el derecho. Un ejemplo clásico sería forzar a alguien a abandonar una propiedad sin que exista una resolución judicial que lo respalde.

Existen diferentes niveles de gravedad dentro de este delito. Las coacciones leves suelen implicar penas menores, como multas, mientras que las coacciones graves, que incluyen amenazas intensas o uso significativo de violencia, pueden conllevar penas de prisión. Además, las penas pueden aumentar si el delito se comete en el marco de violencia de género o contra personas vulnerables.

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