El divorcio está permitido en Corea del Norte, lo que significa que no esté bien visto. No en vano, el dictador norcoreano de la nación, Kim Jong-un, se dirigió a principios de diciembre a las mujeres para pedirles que contrarrestaran “la tendencia antisocialista” de no tener hijos, lo que se ha relacionado varias veces con el hecho de que las parejas se separen. Esto se debe, entre otras cosas, a la mezcla entre los parámetros políticos del régimen y los valores confucianistas.
Por esto, y ante la crisis de natalidad que se vive actualmente en el país asiático, ha trascendido una nueva política más dura contra todos aquellos matrimonios que decidan romperse: enviar a los excónyuges a campos de trabajo forzado -ya señalados y criticados por la ONU- justo después de divorciarse para “expiar sus crímenes” y que se “reeduquen”, tal y como han afirmado distintos medios asiáticos, como Radio Free Asia o Daily North Korea.
Las familias son “las células de la sociedad”
Un residente de la zona declaró ante el canal de radio que, inmediatamente después de tramitarse el divorcio de varias personas en un Tribunal Popular en un condado del país, varias personas “fueron transferidas a al campo de entrenamiento laboral del condado”. “Hasta el año pasado, cuando una pareja se divorciaba, solo la persona que había solicitado el divorcio primero era enviada a un campo de entrenamiento laboral”, ha informado en dicho medio. “A partir de este mes, todas las parejas divorciadas serán enviadas a campos de entrenamiento laboral”.
La tasa de divorcios aumentó drásticamente tras la pandemia de COVID-19, entre otras cosas por las dificultades económicas que supuso para muchas familias, que multiplicó los conflictos y la violencia ejercida por algunos maridos. Una de las medidas que el gobierno de Kim Jong-un tomó fue, precisamente, una campaña educativa para evitar que las mujeres se divorciaran, con el lema: “Eliminemos por completo el fenómeno del divorcio y construyamos una familia armoniosa, la célula de la sociedad”.
El 2024 en el mundo. Claves de un año (muy) convulsionado
eBook
Gratis
Cabe recordar, además, que ya desde hace tiempo se empleaban diferentes medidas de presión, como el hecho de que si un funcionario se divorciaba era expulsado del Partido de los Trabajadores del país, lo que implicaba la pérdida de algunos derechos como el acceso a una mejor educación, vivienda y empleo. El divorcio y su vinculación con la baja natalidad son un verdadero motivo para Kim Jong-un, que lo considera una amenaza para el poder nacional. Ahora, han decidido ir un paso más allá.
En Radio Free Asia, una mujer divorciada aseguró haber pasado tres meses en un campo de trabajo, protestando además por el hecho de que las penas fueran más duras para las mujeres que para los hombres. Como prueba, argumentó que mientras había 80 mujeres donde ella estaba, solo había “40 hombres encarcelados”. Además, “las sentencias de las mujeres fueron más largas”.
Un problema frecuente y con un posible aumento
Es difícil, por otro lado, contar con datos sólidos sobre este tipo de cuestiones, dado el hermetismo con el que Corea del Norte preserva los datos de su ciudadanía. No obstante, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur encuestó a 2.432 fugitivos que habían llegado del país vecino y se encontraron con que el 28,7% de las mujeres y el 15,2% de los hombres estaban divorciados.
“Si las autoridades siguen intentando controlar la tasa de divorcios encarcelando a personas en campos de entrenamiento laboral en lugar de resolver el problema fundamental de ganarse la vida, el número de jóvenes que renuncian al matrimonio aumentará”, aseguraba la mujer para el canal de radio asiático.