Eva Longoria, conocida mundialmente por interpretar a Gabrielle Solís en la serie Mujeres desesperadas, no solo ha destacado en la actuación, sino que también ha construido una carrera multifacética como empresaria, modelo y productora. Pero detrás de su éxito en Hollywood, se encuentra una historia personal que abarca desde una infancia difícil en un rancho de Texas hasta una profunda conexión con sus raíces asturianas en España. La vida de Longoria es un ejemplo de superación, resiliencia y orgullo por sus orígenes.
Nacida el 15 de marzo de 1975 en Corpus Christi, Texas, Longoria creció en un entorno rural como la menor de cuatro hermanas. Su infancia estuvo marcada por su poca cercanía hacia sus hermanas, y porque tuvo que enfrentar comentarios despectivos sobre su apariencia. “Crecí como el patito feo. Solían llamarme la prieta fea, que significa la morena fea”, según ha recogido el diario AS. Estas experiencias la llevaron incluso a cuestionar si era adoptada.
A pesar de estas dificultades, encontró un refugio en la relación con su padre, Enrique Longoria, quien la introdujo a la caza desde una edad temprana. En una entrevista con Oprah Winfrey, Longoria recordó cómo acompañaba a su padre en jornadas de caza de ciervos, conejos y otros animales. Este vínculo con su padre y su entorno rural marcó sus primeros años antes de que decidiera buscar nuevas oportunidades fuera de Texas.
Tras graduarse en Kinesiología, Longoria se mudó a Los Ángeles, donde comenzó a construir su carrera en la actuación. Su primera aparición destacada fue en la serie Hospital General, pero fue su papel en Mujeres desesperadas, que comenzó en 2004, el que la catapultó al estrellato. Para cuando la serie concluyó en 2012, Longoria era una de las actrices mejor pagadas de Hollywood, consolidando su lugar en la industria del entretenimiento.
Una vida sentimental marcada por altibajos
En el ámbito personal, la vida amorosa de Longoria ha sido pública como su carrera. Su primer matrimonio fue en 2002 con Tyler Christopher, actor de Hospital General, pero la relación terminó en divorcio en 2004. Posteriormente, en 2007, contrajo matrimonio con el jugador de la NBA Tony Parker en una ceremonia celebrada en París, conocida como la ciudad del amor. Sin embargo, la relación terminó en 2011 en medio de rumores de infidelidad por parte del deportista.
El amor volvió a tocar su puerta en 2016, cuando se casó con José Antonio “Pepe” Bastón Patiño, expresidente de Televisa, en una ceremonia íntima en Valle de Bravo, México. Este matrimonio marcó un nuevo capítulo en su vida, aportando estabilidad y felicidad. De esta unión nació su hijo, Santiago Enrique Bastón, consolidando su familia y su relación con Bastón.
Sus raíces asturianas y el legado familiar
Aunque Longoria tiene una fuerte conexión con México debido a que su familia es originaria de Monterrey, sus raíces más profundas se encuentran en Asturias. Según una investigación realizada por la Universidad de Harvard para la serie Faces of America, sus ancestros españoles se remontan a su noveno bisabuelo, Lorenzo Suárez de Longoria, quien nació en Oviedo en 1592 y emigró al Virreinato de Nueva España (actual México) en 1603.
La familia de Suárez de Longoria era originaria del pequeño pueblo de Longoria, en el concejo de Belmonte de Miranda, Asturias. Este vínculo histórico se fortaleció cuando Longoria visitó el lugar en 2009, donde fue recibida por aproximadamente 60 habitantes del pueblo, cuya edad promedio ronda los 70 años. La actriz quería conocer su pasado y explorar el lugar que dio origen a su apellido.
Además, un análisis genético confirmó que Longoria es 70% europea, 27% amerindia y 3% africana. Ella misma resumió estos resultados afirmando que es “75% española y 25% maya”. Este descubrimiento no solo reforzó su conexión con España, sino que también subrayó la diversidad de su herencia cultural.
Hoy, Longoria es reconocida no solo por su talento, sino también por su capacidad para representar con orgullo sus raíces y su identidad multicultural. Su vida es un testimonio de cómo las experiencias personales, por más difíciles que sean, pueden convertirse en la base de una carrera exitosa y una vida plena.