El Gobierno ruso actuó con rapidez al enterarse de que una de sus embarcaciones había sufrido un grave accidente en aguas internacionales del mar Mediterráneo, a 62 millas náuticas (115 kilómetros) entre las costas de España y Argelia. Al sufrir tres explosiones en su sala de máquinas, el Ursa Major, buque mercante del Ministerio de Defensa de Rusia, comenzó a hundirse en el mediodía de este lunes por lo que, al encontrarse en zona de rescate bajo responsabilidad española, dos navíos de Salvamento Marítimo, junto al patrullero Serviola de la Armada, se dirigieron hasta el lugar del siniestro para asistir al barco.
Sin embargo, después de haber auxiliado a 14 de sus tripulantes -dos permanecen desaparecidos-, las autoridades españolas tuvieron que desistir de sus labores al aparecer un buque de la Marina rusa que solicitó ocuparse del operativo de salvamento. Así, bajo el amparo de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, España debió transferirle el control de los trabajos de rescate a Moscú, dado que este acuerdo de la ONU recoge que, si no se está en aguas jurisdiccionales, un barco puede hacerse cargo del salvamento de otro de su misma bandera.
Pese a que desde el Kremlin han asegurado que la embarcación, propiedad de la empresa estatal rusa Oboronlogistics, se dirigía a la ciudad de Vladivostok y transportaba dos grúas portuarias y partes para la construcción de un rompehielos, la prensa británica ha señalado que el buque formaba parte de una misión secreta y navegaba hacia Siria con “cargamento misterioso”.
Por su parte, la inteligencia militar ucraniana, de acuerdo a lo publicado por el diario inglés The Daily Mail, ha señalado que el objetivo del mercante era recuperar equipo militar ruso tras la caída del dictador Bachar al-Assad. En este sentido, según La Verdad, el comandante del buque ruso ha detallado que el Ursa Major llevaba contenedores vacío, pero ha insistido que su destino final era la mencionada ciudad rusa en el océano Pacífico.
No obstante, a pesar de estas sospechas y ante la posibilidad de que el buque incluso transportase armamento, las autoridades españolas no han podido revisar el cargamento de la embarcación de Moscú, ni siquiera antes de la llegada de la Marina rusa. Al respecto, el capitán marítimo de Cartagena-Murcia, Óscar Villar, ha explicado a EFE que, de nuevo según el tratado de Naciones Unidas, en aguas internacionales está prohibido que un Estado inspeccione una embarcación que pertenezca a otro país.
Ataque terrorista
El Gobierno ruso ha asegurado que el hundimiento del Ursa Major ha sido consecuencia de “un ataque terrorista planificado” y ha avanzado que está llevando a cabo investigaciones para aclarar lo sucedido. El buque se encuentra hundido a 2.500 metros de profundidad y el barco Clara Campoamor de Salvamento Marítimo permanece en la zona para controlar cualquier posible episodio de contaminación marina que pudiera producirse.
Por su parte, los 14 tripulantes evacuados han sido trasladados a Cartagena, donde han recibido asistencia sanitaria por parte de Cruz Roja, que ha constatado que todos se encontraban en buen estado, según ha confirmado el 112 murciano. Una vez en tierra, la empresa consignataria del mercante se hizo cargo de ellos hasta que el consulado y la embajada los repatríe a Rusia.