Son numerosas las ventajas de poseer un coche eléctrico, al igual que también presentan varios inconvenientes. Por ello, atreverse a dar el paso y sustituir el coche de combustión interna por uno de electrificación es algo que muchos conductores y fabricantes no están dispuestos a hacer aún. La falta de infraestructura necesaria para la carga de estos vehículos en muchas ciudades españolas o su insuficiente autonomía para trayectos largos son aspectos que hacen recular a los potenciales compradores de coches eléctricos.
La incertidumbre de la política ha afectado a la industria del automóvil
El antes y después de la pandemia del Covid-19 ha evidenciado la transformación que ha sufrido el mercado automovilístico. Según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles y de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, la producción de vehículos cayó un 23,7% y 19,4% en Europa y Estados Unidos, respectivamente, en comparación con el año anterior. Además, las ventas de automóviles en todo el mundo se redujeron un 16,8% en 2020 en comparación con 2019, de acuerdo a la Organización Internacional de Constructores de Automóviles.
La emergencia mundial sanitaria ocurrida hace casi cinco años no ha sido el único aliciente que ha afectado, negativamente, a la industria automotriz. La compañía norteamericana, Ford, que cuenta con 30.000 trabajadores en Europa -15.000 de ellos en Alemania- anunció, a través de su director general en el país germano, los motivos por los que se aplicará el despido a 2.900 trabajadores de la firma a finales de 2027. Este plan de reestructuración de costes no afectará a la planta de Ford en Almussafes (Valencia).
Christian Weingärtner, director de general de Ford en Alemania, explicó que la firma invirtió más de dos mil millones de euros en la adaptación de la fábrica de Colonia para la producción de coches eléctricos. “Lo hicimos con la confianza de que el camino político hacia la movilidad eléctrica se implementaría de manera consistente. Pero ese no ha sido el caso. Desafortunadamente, debemos decir que debido a la incertidumbre causada principalmente por la política, la demanda de coches eléctricos se ha desplomado, especialmente en Alemania“, declaró en una entrevista con el medio especializado Electrified.
Además, Weingärtner habló de los clientes a quienes considera que “aún no están preparados para comprar coches eléctricos, ya sea por falta de infraestructura de carga o por falta de incentivos”, el directivo lanzó un mensaje a los representantes públicos que, por un lado, apuestan por una movilidad sostenible, mientras que, al mismo tiempo, no dan los pasos necesarios para que esta movilidad sea una realidad.
España, a la cola en penetración de movilidad eléctrica
La Fundación Ecología y Desarrollo, también conocida como ECODES, elaboró un informe, en 2023, sobre el estado de la red de puntos de recarga en el territorio español, concluyendo que España se sitúa “a la cola en la penetración de la movilidad eléctrica respecto al resto de países europeos, a pesar de su lento, pero progresivo incremento en los dos últimos años”.
Entre los principales resultados del estudio, la organización sin ánimo de lucro halló que, en 2023, se alcanzaron los 8.402 puntos de carga y 24.020 conectores totales, unas cifras que son insuficientes para lograr los objetivos gubernamentales (se deberían instalar 28.397 nuevos conectores, cada año, hasta 2030). Otro de los puntos más relevantes sobre el estudio haca referencia a las áreas rurales, en las que solo se han desplegado un 14% del total de puntos de carga, a pesar de suponer más de cuatro quintas partes del territorio nacional. Y, por último, las Comunidades Autónomas más avanzadas en este ámbito son Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana y Cataluña -en ese orden-, lo que evidencia el atraso que sufren el resto de zonas de España.