Una anciana de 104 años va al bar, se da cuenta de que ha perdido las llaves de casa y al volver le faltan 80.000 euros y sus joyas: hay dos sospechosos

Fue con su hija como hacía habitualmente, pero en el camino se encontraron con un conocido que ahora es clave en la investigación

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Localidad de Mestre, en Italia.
Localidad de Mestre, en Italia.

No es fácil detectar los casos que darán el salto a la opinión pública y alcanzarán además gran repercusión más allá de las propias fronteras. Un robo en Mestre, una localidad de 170.000 habitantes junto a Venecia, ha atrapado la atención como pocos antes, probablemente por su protagonista y más en particular, por su edad. Lo relata Il Messaggero y aunque se remonta al pasado 30 de agosto, la historia sigue abierta, ya que hay una compleja investigación en curso.

Los hechos

Una anciana de 104 años y vecina del centro salió de su domicilio esa tarde de verano acompañada de su hija para cumplir con un hábito: tomar algo en un bar cercano. De camino, se encontraron con Giuseppe Scelzo, otro habitual del establecimiento. Ya allí, la mujer se percató de que no llevaba las llaves de casa. Sospechando que podía tenerlas Scelzo, pidió al propietario del bar que le llamara por teléfono, pero este dijo no saber nada.

Preocupada, la anciana y su hija regresaron a casa lo antes que pudieron, descubriendo que el mueble donde guardaba el dinero y las joyas había sido forzado. Los ahorros de toda una vida. Hacía años había decidido no depositar nada en los bancos por desconfianza. También había objetos de gran valor personal y sentimental, cuenta el mencionado medio de comunicación italiano.

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Las pruebas y los sospechosos

Según los reportes policiales, hay dos hombres señalados como los principales sospechosos del hurto agravado, en el que desaparecieron, según la estimación más precisa, 80.000 euros en efectivo, además de las joyas. Se trata del citado Giuseppe Scelzo y de Giacomo Sannino, ambos originarios de Nápoles e investigados porque les apuntan las evidencias.

Las pesquisas se centraron rápidamente en Scelzo y Sannino después de que las cámaras de seguridad del edificio captaran a dos hombres ingresando poco antes del robo. Aunque los rostros no eran reconocibles, los atuendos que vestían coincidían con los descritos por testigos. Además, en las imágenes se observa un tatuaje en la pierna de uno de ellos, un detalle que resulta ser clave. Scelzo, quien vestía pantalones cortos ese día, tiene un tatuaje en el mismo lugar.

El robo también deja entrever la posible participación de un tercer implicado. Las autoridades creen que alguien con conocimiento cercano de las rutinas de la anciana y de la ubicación exacta de su dinero pudo haber brindado información a los autores materiales del delito. Esta persona estaría siendo investigado, aunque por el momento no se han revelado más detalles.

La jueza y el fiscal

El caso ha llegado a manos de la jueza Claudia Ardita, quien convocó a los dos sospechosos para informarles de la investigación y escuchar su versión de los hechos, un procedimiento obligatorio bajo la nueva legislación italiana. En las últimas horas, en el tribunal, tanto Scelzo como Sannino optaron por acogerse a su derecho de no declarar, una estrategia previsible según su abogado defensor, Mauro Serpico.

El fiscal Giorgio Gava, quien lidera la acusación, solicitó que ambos sospechosos sean encarcelados mientras continúan las investigaciones. Sin embargo, la jueza deberá evaluar si las pruebas recopiladas son suficientes para justificar esta medida. Se espera que en los próximos días se tome una decisión al respecto.

Mujer anciana. (Pixabay)
Mujer anciana. (Pixabay)

Impacto en Mestre

El caso ha generado gran revuelo en Mestre, no solo por la edad de la víctima, sino también por las circunstancias en las que ocurrió el robo. La confianza de la anciana en mantener sus ahorros en casa, en lugar de recurrir a un banco, la convirtió en un blanco vulnerable. Este incidente también pone de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan las personas mayores, especialmente aquellas que viven solas o con rutinas fácilmente identificables.

Mientras tanto, las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos para identificar a todos los responsables, incluidos posibles cómplices que hayan facilitado el robo. La comunidad, conmocionada por el suceso, espera justicia para la mujer que, a sus 104 años, sufrió un golpe emocional y económico que no podrá reparar.

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