El 25 de diciembre no es solo una ocasión para juntarse con la familia a celebrar la Navidad, también es el día en el que Papá Noel deja sus regalos en las casas de todo el mundo. Aunque tradicionalmente lo más visto bajo los árboles navideños son juguetes de todo tipo, cada vez es más habitual encontrarse con consolas o videojuegos para los más pequeños (y no tan pequeños).
Este tipo de productos son realmente atractivos y ofrecen horas y horas de diversión, sin embargo esto no quiere decir que también tengan sus riesgos. Por ello desde la Policía Nacional han publicado un decálogo de recomendaciones para que estos períodos de vacaciones no acaben con alguna desgracia: “Diviértete, pero juega seguro”.
<b>1. Privacidad</b>
En el mundo de los videojuegos en línea, la privacidad es un pilar fundamental para evitar riesgos innecesarios. Compartir información personal, como nombres completos, direcciones, números de teléfono o cuentas bancarias, puede convertir a los jugadores en blancos de fraudes, robos de identidad o acoso. Muchas plataformas ofrecen configuraciones de privacidad que permiten limitar quién puede contactarte o acceder a tu información; aprovechar estas herramientas es clave para una experiencia más segura.
<b>2. Ciberacoso</b>
El ciberacoso, una forma de hostigamiento que ocurre en entornos digitales, es una problemática creciente en los videojuegos. Los acosadores suelen aprovechar el anonimato que ofrece internet para insultar, amenazar o intimidar a otros jugadores. Herramientas como el bloqueo o el reporte de usuarios ofensivos permiten enfrentar esta situación de manera efectiva. Las plataformas también cuentan con equipos moderadores que actúan para eliminar comportamientos tóxicos.
<b>3. Discriminación</b>
La discriminación en el entorno gamer, ya sea por género, raza, orientación sexual o cualquier otro motivo, debe enfrentarse con tolerancia cero. Este tipo de actitudes no solo afecta la experiencia de quienes son blanco de ataques, sino que también erosiona la convivencia en las comunidades. Promover el respeto mutuo y actuar frente a actitudes discriminatorias ayuda a construir espacios digitales más igualitarios.
<b>4. Grooming</b>
El grooming es un riesgo especialmente grave, donde adultos se hacen pasar por jugadores para ganarse la confianza de menores con fines perjudiciales. Esta práctica suele comenzar con conversaciones aparentemente inocentes que evolucionan hacia solicitudes de imágenes, videos o encuentros.
<b>5. Phishing</b>
El phishing es una táctica que los ciberdelincuentes utilizan para robar datos sensibles haciéndose pasar por entidades confiables. En los videojuegos, esto puede incluir correos electrónicos o mensajes que simulan ser de desarrolladores, pidiendo contraseñas o información bancaria para supuestos “ajustes de seguridad”. Ninguna empresa legítima solicita este tipo de datos por estas vías.
<b>6. Mensajes sospechosos</b>
En los videojuegos en línea, los mensajes de remitentes desconocidos o sospechosos pueden ser el primer paso hacia estafas o ataques informáticos. Estos mensajes suelen incluir ofertas falsas, como regalos o monedas virtuales, para persuadir al jugador a compartir datos sensibles o descargar programas maliciosos. Ignorar estas comunicaciones y denunciarlas ayuda a mantener la seguridad digital.
Solo se debe confiar en mensajes de fuentes verificadas o dentro de los canales oficiales de las plataformas de juego. Además, evitar abrir enlaces sospechosos y educarse sobre las tácticas comunes de los estafadores son herramientas efectivas para prevenir problemas de seguridad en línea.
<b>7. Conectarse a WiFis seguras</b>
El uso de redes WiFi públicas para jugar puede parecer práctico, pero conlleva riesgos significativos. Estas conexiones son más vulnerables a los hackers, quienes pueden interceptar datos sensibles como contraseñas o información de cuentas. Por ello, se recomienda evitar conectarse a redes abiertas para actividades que requieran iniciar sesión.
<b>8. Acceso compartido</b>
Dejar sesiones abiertas o guardar contraseñas en dispositivos compartidos es una de las prácticas más arriesgadas en la seguridad gamer. Esto puede facilitar que terceros accedan a cuentas personales y realicen compras no autorizadas, alteren configuraciones o incluso roben identidades digitales. Cerrar sesión siempre que se termine de jugar es una medida básica pero efectiva.
<b>9. Vida sana y equilibrada</b>
La pasión por los videojuegos no debe descuidar la salud física y mental de los jugadores. Pasar muchas horas frente a la pantalla puede provocar sedentarismo, problemas posturales y fatiga ocular. Incorporar pausas regulares y mantener una dieta equilibrada son pasos esenciales para un estilo de vida saludable.
<b>10. Separar lo real de lo virtual</b>
Aunque los videojuegos son una fuente de entretenimiento y conexión social, es importante no perder de vista la vida fuera de la pantalla. El tiempo excesivo en el mundo virtual puede llevar al aislamiento social o a descuidar responsabilidades cotidianas, por lo que establecer límites claros y horarios para jugar ayuda a mantener un balance adecuado.