Un estudio publicado en el Journal of Small Animal Practice arroja luz sobre la edad en la que los perros son considerados en etapa de vejez por profesionales veterinarios, un aspecto relevante para mejorar los cuidados de salud de los canes en esta fase de su vida. La investigación examina registros electrónicos de salud veterinaria en el Reino Unido, utilizando términos específicos como “vejez”, “edad avanzada”, “geriátrico”, “mayor” y “senior” para identificar a perros en esta etapa de vida.
De acuerdo con los resultados, en el 95 % de los casos evaluados, los profesionales veterinarios consideran que los perros entran a la vejez a partir de los 7,25 años. Sin embargo, se observa una variación significativa entre razas. Por ejemplo, los cocker spaniels fueron considerados en etapa de vejez con una mediana de edad de 11,7 años, mientras que para los Jack Russell terriers esta mediana fue de 14,1 años.
Envejecimiento y salud: las condiciones más comunes
El estudio también identificó las condiciones de salud más frecuentes en perros considerados mayores. Los problemas relacionados con el peso afectarán al 35 % de los pacientes, seguidos por enfermedades musculoesqueléticas (33%), dentales (31%), de la piel (28%) y digestivas (22%). Estas afecciones resaltan la prevalencia de enfermedades en múltiples sistemas del cuerpo en perros de edad avanzada, requiriendo un enfoque integral en su cuidado.
En cuanto a las enfermedades dentales, estas aumentan aproximadamente un 10% por cada año adicional de vida del perro. Los cocker spaniels resultaron tener más de 2,5 veces mayores probabilidades de presentar problemas dentales en comparación con perros mestizos. La acumulación de sarro fue especialmente común, siendo una de las subcategorías más reportadas.
Por otro lado, las enfermedades musculoesqueléticas también mostraron un aumento con la edad y afectarán especialmente a razas como el border collie y el labrador retriever. Sin embargo, los cocker spaniels y los perros de otras razas pequeñas presentaron una incidencia menor en comparación con los mestizos.
Factores asociados y diferencias en razas
Aunque se detectó una clara relación entre la edad y la probabilidad de desarrollo de ciertas enfermedades, los hallazgos señalan que el impacto de otros factores, como el sexo o el estado de esterilización, es más complejo. Por ejemplo, los machos esterilizados mostraron una mayor incidencia de problemas musculoesqueléticos en comparación con hembras enteras.
La investigación también destaca que, aunque los datos demográficos, como la raza y el sexo, eran factores relevantes en ciertos casos, el registro clínico de la condición sanitaria dependía del nivel de especificidad de los veterinarios al documentar los problemas.
Posibles implicaciones en la atención veterinaria preventiva
El estudio sugiere que este enfoque, basado en el análisis a gran escala de palabras clave relacionadas con la vejez en registros clínicos, podría ser útil para implementar medidas preventivas específicas. Estas intervenciones tempranas podrían programarse desde los siete años de edad, especialmente en razas propensas a afecciones graves como la enfermedad periodontal o la osteoartritis.
Por ejemplo, en los perros de razas más grandes, que tienden a envejecer más rápido que las pequeñas, la prevención de enfermedades musculoesqueléticas podría orientarse a mitigar problemas asociados con la movilidad. En el caso de razas pequeñas como el cocker spaniel, los planos de salud podrían priorizar tratamientos dentales preventivos más intensivos.
Un enfoque personalizado para la vejez canina
Estos resultados también destacan la necesidad de educar a los dueños sobre los signos de envejecimiento y la importancia de los cheques regulares en sus mascotas para identificar signos tempranos de enfermedad. Según el estudio, muchos indicadores clínicos de enfermedades relacionadas con la edad no son advertidos por los propietarios sino que son detectados durante las consultas veterinarias.
Esta brecha de conocimiento entre propietarios y veterinarios refuerza la importancia del papel educativo de los profesionales, así como de programas de salud específicos para animales mayores. Dichos programas podrían centrarse en sensibilizar a los dueños sobre la necesidad de supervisión, atención constante y preventiva para garantizar una buena calidad de vida en la etapa final de vida de los perros.
Brechas en el conocimiento actual
Aunque el estudio proporciona un marco de referencia útil para entender la vejez en perros, también expuso limitaciones en el análisis basado en los registros electrónicos de salud. Por ejemplo, la edad registrada en algunos casos fue incorrecta, y la falta de uniformidad en la forma en que los veterinarios documentan las enfermedades podría subestimar ciertas incidencias.
Además, aunque se consideran más de cinco millones de consultas recopiladas entre 2014 y 2020, estos datos representan únicamente a perros que acceden a servicios veterinarios en el Reino Unido, y las tendencias podrían diferir en poblaciones caninas de otras regiones.
Hacia un modelo escalable de envejecimiento
A pesar de estas limitaciones, el estudio subraya el potencial de utilizar datos a gran escala para definir con mayor exactitud las etapas de envejecimiento en diferentes razas de perros. Este enfoque también podría usarse para vincular perfiles de salud con bases de datos más amplias y, eventualmente, desarrollar modelos de envejecimiento personalizados que ayuden a identificar enfermedades asociadas a edades específicas y favorezcan la intervención médica en los momentos adecuados.
Por último, los hallazgos del estudio han sido utilizados para apoyar el desarrollo de programas como la herramienta PetSavers Aging Canine Toolkit. Este enfoque busca facilitar a los veterinarios y propietarios la identificación de enfermedades comunes en la vejez y diseñar medidas efectivas para enfrentar los desafíos que enfrentan los perros en esta etapa crucial de sus vidas.