El rey Felipe IV se mostró especialmente crítico en su tradicional discurso de Nochebuena, en unas palabras cuya firmeza recuerdan al duro discurso tras el 1-0 y que han servido para reforzar su papel al frente de la monarquía. Los cerca de 15 minutos que duró su intervención han dejado mucho mensaje político que ha estado cerca de situarle al borde de la extralimitación de sus funciones.
Uno de los más sonados ha sido la llamada de atención a los grupos políticos en el arranque de su intervención, donde ha querido hacer hincapié en el desastre de la DANA en Valencia. El rey ha destacado la demanda de serenidad frente a la “atronadora” contienda política. Una discordia que, ha advertido, “no puede convertirse en un constante ruido de fondo que impida escuchar las verdaderas necesidades de la ciudadanía”.
Dentro de la solemnidad de esta clase de discursos, la diferencia con otros pasados ha radicado en los matices, donde el monarca ha querido posicionarse en varias cuestiones. Felipe IV habló de defender la cooperación y el multilateralismo “para afrontar los desafíos globales de nuestro tiempo”, entre los que destacó las crisis climáticas y medioambientales, las pandemias, la transición energética o el comercio y la escasez de los recursos naturales.
Precisamente estos “desafíos” que él marca como prioridades se han convertido en los últimos meses en un punto de fricción en la política nacional y un arma electoral, pero que, a pesar de ello, Felipe no ha dudado en posicionarse a la hora de cargar, por ejemplo, contra los negacionistas climáticos.
Felipe IV se desmarca de la doctrina de Vox
No sería ocioso pensar que en muchas de sus frases el monarca ha criticado sin tapujos la doctrina que promulgan partidos de la extrema derecha como Vox, quienes al mismo tiempo muestran su orgullo a la hora de abanderar la defensa de la monarquía.
Un ejemplo de ello han sido sus palabras sobre la gestión de la crisis migratoria. Frente al rechazo que promulgan unos, Felipe IV ha pedido “un esfuerzo por la integración de los migrantes”, que debe ser tratada con dignidad y respeto a la ley: “El esfuerzo de integración, que corresponde a todos, el respeto también de todos, de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece, son los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración”, afirmó.
En esta línea, Felipe volvió a señalar la vía de la cooperación con los socios europeos y con los países de origen y tránsito. “La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración [...] dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia”.
El europeísmo frente al auge de los euroescépticos
Las palabras del rey dejan ver al Felipe IV más europeísta en un contexto político donde los partidos euroescépticos viven su mejor momento, tanto en las instituciones europeas como en los parlamentos nacionales. Reflejo de ello es que el monarca se refiriese al proyecto europeo como ”nuestra idea compartida" o “nuestra referencia más valiosa” a la hora de defender “las bases de la democracia liberal, de la defensa de los derechos humanos y de las conquistas en bienestar social sobre las que se asienta nuestro gran proyecto político".
“Porque Europa —la idea de Europa— es una parte esencial de nuestra identidad compartida, del legado que debemos a las generaciones venideras, en un mundo necesitado de actores fuertes y cohesionados, pero sobre todo de conductas inspiradas en principios y valores”, continuó el rey, que remarcó que “ahí Europa sigue siendo nuestra referencia más valiosa”.
Al margen de las especulaciones que puedan situar al rey en un espectro más progresista o conservador, las palabras que dirigió el monarca a los españoles han dejado diversidad de reacciones entre los líderes de las formaciones políticas. Feijóo ha querido celebrar el discurso del rey como “otro año ejemplar”, mientras que los socios de gobierno de Sumar le han reprochado su intromisión a la hora de depurar responsabilidades políticas en la DANA. A diferencia de otros años, el líder de Vox, Santiago Abascal, no ha querido hacer mención alguna en las redes sobre las palabras del monarca.