El rey Carlos III ha destacado en su tercer mensaje de Navidad la importancia del cuidado médico y la solidaridad en tiempos de adversidad. El monarca ha expresado su gratitud hacia los profesionales de la salud, recordando tanto su experiencia personal con la enfermedad como el sufrimiento que enfrentan las víctimas de conflictos en diversas partes del mundo.
El discurso, grabado en la capilla Fitzrovia de Londres, un lugar emblemático de inspiración bizantina que originalmente formaba parte del antiguo Hospital Middlesex, ha marcado una ruptura con la tradición reciente. Ha sido la primera vez desde 2006 que el mensaje se filma fuera de una residencia real, siendo el último precedente la grabación realizada en la Catedral de Southwark, también en la capital británica.
En sus palabras, Carlos III, de 76 años y en tratamiento oncológico desde febrero, ha dedicado un emotivo reconocimiento a los “miles de profesionales y voluntarios en el Reino Unido y en toda la Commonwealth”. Ha resaltado su labor al brindar cuidado a otros “a menudo con un coste personal”, subrayando el impacto de estos actos en la sociedad. “Todos pasamos por alguna forma de sufrimiento en alguna etapa de nuestra vida, ya sea mental o físico”, ha afirmado el monarca, quien también ha reflexionado sobre cómo la capacidad de ayudarnos mutuamente define nuestra civilización.
El soberano ha tenido un agradecimiento especial “a los médicos y enfermeros desinteresados que, este año, me apoyaron a mí y a otros miembros de mi familia en las incertidumbres y ansiedades de la enfermedad”. Asimismo, ha hecho extensible su gratitud a quienes enviaron “amables palabras de simpatía y aliento”.
“Across the Commonwealth, we are held together by a willingness to listen to each other, to learn from one another and to find just how much we have in common.”
— The Royal Family (@RoyalFamily) December 25, 2024
📺 Today, in his annual Christmas Broadcast, His Majesty has spoken of the importance of supporting and learning from… pic.twitter.com/Xej3yvyolc
El Día D, las guerras y la diversidad
En otra sección de su discurso, Carlos III ha recordado el 80 aniversario del Día D celebrado en junio, donde tuvo la oportunidad de conversar con veteranos de la Segunda Guerra Mundial. El monarca lamenta que, aunque en épocas pasadas se creía que los trágicos conflictos quedaban relegados al pasado, la realidad actual muestra lo contrario: “En este día de Navidad no podemos dejar de pensar en aquellos para quienes los efectos devastadores del conflicto –en Oriente Medio, en Europa Central o en África– suponen una amenaza diaria para la vida y el sustento”.
Como cabeza de la Iglesia de Inglaterra y de la Commonwealth, el rey ha destacado el papel esencial de las organizaciones humanitarias en el alivio del sufrimiento global. Ha afirmado que “el ejemplo que dio Jesús al ayudar a los que sufren es atemporal y universal”, vinculando este mensaje al espíritu de la Navidad. Además, ha aludido a la diversidad de la Commonwealth como una fuente de fortaleza: “La diversidad de cultura, etnia y fe proporciona fuerza, no debilidad”.
El monarca también ha incluido una reflexión sobre el acto de escuchar como un tema central de la Natividad, evocando el relato de María, la madre de Jesús, quien escuchó al Ángel anunciarle un futuro esperanzador. Relacionando esta enseñanza con la actualidad, ha apuntado: “Esto sigue siendo cierto hoy para la gente de buena voluntad de todo el mundo”. Con este pensamiento, ha concluido deseando “una Navidad llena de alegría y paz” para todos.
El mensaje navideño de Carlos III continúa una tradición iniciada en 1932 por su abuelo, el rey Jorge V.