Felipe VI pronuncia este martes 24 de diciembre su undécimo discurso de Navidad como rey de España. Con él, el jefe del Estado concluye un año especial: ni más ni menos, el décimo aniversario desde su coronación el 14 de junio de 2014. Con motivo de esta efeméride, el monarca ha llevado a cabo acciones en diferentes sentidos, algunas de ellas con polémica incluida, que han servido de revulsivo para reforzar su papel al frente de la monarquía.
Después de tomar el relevo de su padre en uno de los peores momentos de esta institución en décadas, su trayectoria ascendente le ha empujado a ser la personalidad de la política europea mejor valorada por parte de la ciudadanía del continente. Según el último Barómetro de la Imagen de España, realizado por el Real Instituto Elcano, el jefe de Estado de España obtuvo un 5,5 de nota media.
El jefe del Estado no afronta ni de lejos su discurso más complejo, pero el tradicional mensaje de Navidad se vuelve a desarrollar en un contexto complejo. Fiel a la costumbre de hacer alusiones a los principales asuntos de actualidad, se prevé que el rey haga una mención especial a los afectados por la DANA. La peor catástrofe natural de la historia de España, que dejó 219 muertos (75 en Valencia; 2 en Castilla-La Mancha; 1 en Andalucía), ha centrado gran parte de su actividad desde el impacto de la tragedia el 29 de octubre.
Felipe VI, junto a su esposa, la reina Letizia, han protagonizado hasta tres visitas a las zonas afectadas por la DANA. La última se produjo este domingo en Catarroja, por sorpresa y acompañados por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Las muestras de cariño recibidas contrastaron con los altercados del pasado 3 de noviembre, cuando los reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, visitaron Paiporta, conocida como “zona cero” de la DANA.
Los insultos y el lanzamiento de barro a las autoridades motivaron la suspensión de la visita prevista después a Chiva, a pesar de la llamada a la calma de Felipe VI, una icónica escena que se sumó a las lágrimas de la reina. El 12 de noviembre, el rey regresó a Valencia para visitar a las unidades militares desplegadas en la zona. Días después, el martes 19 de noviembre, Felipe VI y Letizia cumplieron su deseo de visitar Chiva y acudieron además a Utiel, en Valencia, y a Letur, en Albacete.
El clima de la segunda y la tercera visita ha sido muy diferente al de la primera, en el que los reyes se han hecho eco de las peticiones de los vecinos afectados por la DANA. Si bien, la última ha motivado los reproches de la alcaldesa de Catarroja, Lorena Silvent (PSOE), quien afeó que la familia real acudiera a una zona “más operativa” del municipio, como el mercado municipal, con el objetivo de aparentar “una cierta normalidad, que no es real”, en lugar de desplazarse a las áreas donde todavía trabajan alrededor de mil efectivos del Ejército tras las graves inundaciones de octubre. Asimismo, la visita fue de carácter privado y sin previo aviso, causando sorpresa entre las personas presentes en el mercado.
Para las formaciones políticas con marcado carácter republicano, estas visitas se producen con el ánimo “reforzar el papel de la monarquía”, como denunció este lunes síndic de Compromís en Les Corts Valencianes, Joan Baldoví. Más allá del apoyo a estas acciones de PP y PSOE, los socialistas valencianos plantearon la necesidad de “avisar a los representantes legítimos, a los alcaldes y alcaldesas, que están ahí todos los días peleando y que tienen derecho también a conocer”, como señaló el dirigente del PSPV-PSOE, José Muñoz.
Dos nuevas mujeres en la cúpula
Las quejas sobre la comunicación de la Casa Real no son nuevas. Hace unas semanas, el Ministerio de Exteriores mostró su malestar con esta institución por no haber sido informado sobre la invitación a la reapertura de la catedral de Notre Dame, en París, un acto que no contó con la presencia de ningún representante español. Ni los reyes ni el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, acudieron al evento celebrado en la capital francesa, que concentró a varios líderes mundiales, como Donald Trump (Estados Unidos), Volodímir Zelenski (Ucrania) o Giorgia Meloni (Italia), además del presidente francés, Emmanuel Macron.
Las mismas fuentes de Exteriores criticaron que no es la primera vez que se produce una escena parecida, deslizando la existencia de falta de comunicación entre ambas instituciones. El propio ministro abordó este asunto en el viaje de Estado a Italia, en el que los reyes visitaron Roma y Nápoles. Tampoco hay que pasar por alto que, tras los episodios en Paiporta, Moncloa afeó que había desaconsejado la visita, según informaron varios medios.
En el marco de esta visita oficial a Italia, en una de sus paradas en el Parlamento italiano, Felipe VI destacó por su discurso, en el que apeló a la memoria histórica frente al auge de la extrema derecha en Europa. “Somos dos países con memoria, con una clara conciencia del pasado, en particular del que no puede ni debe repetirse, ni siquiera como caricatura”, proclamó.
En el año del décimo aniversario de su coronación, Felipe VI adoptó una decisión histórica al incluir a dos mujeres en puestos clave. Con la designación de Mercedes Araújo y Carmen Castiella Ruiz de Velasco (la primera como secretaria general de la Casa Real y la segunda como consejera diplomática), serán cuatro de once los puestos ocupados por mujeres en la cúpula de esta institución.
Con estos precedentes, Felipe VI encara su tradicional discurso navideño, grabado el pasado viernes, tal y como se han hecho eco varios medios. El hermetismo por parte de la Casa Real vuelve a imperar un año más. Asimismo, no está claro si el escenario elegido para pronunciar su discurso volverá a ser el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, ya que algunos medios señalan que, como guiño a los diez años de su coronación, lo ha llevado a cabo en el Palacio Real, como en 2015.
En Moncloa, aunque conocen de antemano el discurso porque Casa Real lo pasa “por cortesía”, inciden en que “no lo revisan”, dejando la pelota en el tejado de Felipe VI. En apenas unas horas, el monarca volverá a hacer uso de la tradición para dar el pistoletazo de salida a la cena de Nochebuena. Con sus palabras, cerrará una década al frente de la Casa Real para empezar otra con retos aún por superar.