Una abogada dice lo que debes responder a las preguntas del tribunal médico que otorga la incapacidad permanente: “Pueden entender que has mejorado…”

La pensión de incapacidad permanente es una prestación a la que pueden acceder los trabajadores que, debido a una enfermedad o accidente, ven afectada su capacidad para seguir desempeñando su trabajo. El pasado mes de noviembre, la Seguridad Social repartió a un total de 989.767 pensiones de este tipo en España, con una cuantía media de 1.165 euros, según los últimos datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Para pedir esta ayuda es imprescindible haber cotizado durante un tiempo determinado. Otra de sus características más importantes es que es revisable, lo que significa que, de forma periódica, se evalúa si la condición del beneficiario ha mejorado o empeorado y si, por lo tanto, se debe modificar el estatus del trabajador. La revisión se suele realizar cada dos años pero para acceder, en primera instancia a esta pensión, es necesario pasar por un tribunal médico que se encarga de revisar cada caso.

Una abogada que publica consejos a través de su cuenta de TikTok (@yourtrustedlawyer) ha subido un video en el que detalla cuáles son las cinco preguntas más importantes que te pueden hacer en el tribunal médico y cómo deben contestarse:

“En primer lugar, cuando te pregunten cómo te encuentras, no contestes qué bien. O sea, tienes que contestar qué mal y que no has tenido ninguna mejoría. Es muy importante. O sea que, aunque seas de esas personas que siempre dicen que están bien, aunque no lo estén aquí, no lo hagas. Di que estás realmente mal”, explica para comenzar. La segunda está relacionada con la primera, y es si ha habido alguna mejoría. “Tienes que decir que no, que no has tenido ninguna mejoría”, detalla.

“Cuando te pregunten de qué trabajas, di la verdad de cuál es tu puesto de trabajo”, añade, y especifica que “cuando te pregunten qué funciones o cómo se desarrolla tu puesto de trabajo, aquí lo que tienes que explicar es, por ejemplo, también la verdad, pero que tienes funciones que no puedes hacer. Por ejemplo, si tú eres vendedora en una tienda tienes que decir soy vendedora en una tienda. Pero claro, también tengo que cargar cajas de ropa, percheros y no puedo hacerlo porque me duele”.

La última pregunta, dice para terminar, es si has llegado solo o acompañado hasta el lugar donde se realiza el examen médico. “Es importante que vayas acompañado y que lo digas, porque si tú dices que ha sido solo pueden entenderlo, que tienes plena autonomía y que has mejorado”, cuenta.

Las enfermedades que suelen dar lugar a la incapacidad permanente abarcan diversas especialidades médicas, tales como cardiología, psiquiatría, traumatología, neurología o reumatología, entre otras. En función de los síntomas, la capacidad motora y psicológica, y las posibilidades de que evolucionen, existen distintos tipos de incapacidad permanente:

• Incapacidad permanente parcial: no constituye una pensión como tal, sino que supone una indemnización a tanto alzado, y corresponde a 24 mensualidades de la base reguladora. Se abona en un único pago, y no corre a cargo de la empresa, sino que la emite el INSS.
• Incapacidad permanente total: su cuantía corresponde al 55% de la base reguladora, que puede incrementarse al 75% cuando el beneficiario alcanza los 55 años.
• La incapacidad permanente absoluta: su cuantía se calcula basándose en el 100% de la base reguladora del trabajador.
• La pensión por gran invalidez: se trata del importe de la pensión que corresponda por incapacidad permanente (total o absoluta), incrementada con un complemento destinado a remunerar a la persona que atienda al beneficiario (correspondiente al 45% de la base mínima de cotización más el 30% de la última base de cotización del trabajador correspondiente a la contingencia de la que derive la situación de incapacidad permanente).