Despistes, casualidades, armas en mal estado, equivocaciones… los motivos pueden ser muchos, pero una vez cometido el error, no se puede reparar. Los accidentes de caza ocurren más de los que pensamos. Afortunadamente, se llevan pocas víctimas, pero son una gran cantidad de heridos los que se encuentran en esta práctica, siendo el mayor peligro y causante de la mayoría de lesiones las armas de fuego.
Una tragedia ha ocurrido el pasado domingo 22 de diciembre. Hacia la 13:00 horas, un hombre ha sido asesinado a tiros en Lorsnet, situada en los Altos Pirineos franceses. Según las últimas informaciones de medios franceses, el cazador, de 73 años de edad, fue alcanzado por uno de sus compañeros durante la sesión de caza.
Al parecer, el infractor intentaba cargar su rifle cuando, accidentalmente, el arma se disparó. Por tanto, predomina la pista accidental para las autoridades de Seyne Les Alpes, encargadas del caso. De todos modos, se ha abierto una investigación por “homicidio involuntario” al acompañante, que también tiene 73 años.
Licencia en regla y 0% de alcohol
Según las primeras investigaciones hechas por la policía francesa, la licencia de caza del tirador estaba en regla y las pruebas de alcoholemia y drogas dieron negativas. La autopsia de la víctima será realizada en los próximos días en la ciudad de Marsella.
También las declaraciones de los testigos serán claves para determinar la culpabilidad del autor del disparo, quien ha confesado estar “muy consternado” con la situación, según fuentes cercanas al diario francés Le Provence.
El grupo de cazadores llevaba años cazando juntos y tenían previstas varías quedadas más para la práctica de este deporte. Por su parte, el tirador no fue puesto bajo custodia policial, ya que la hipótesis que más fuerza tiene es la del accidente de caza.
Disparos accidentales
Los disparos accidentales son la segunda causa más común de muerte de los cazadores, por detrás de los desplazamientos del coche. En 2023, se cerró el año con un registro de una persona muerta cada 15 días. Concretamente, se cerró el año con 18 muertos, 4 de ellos ni siquiera se encontraban cazando, a los que se suman hasta otros 33 incidentes de distinta consideración que han sido publicados en los medios de comunicación.
En este caso, lo fundamental es usar ropa reflectante para aumentar la seguridad. De hecho, en algunas Comunidades Autónomas, es obligatorio el uso de este tipo de prendas para la caza.
Pero sobre todo, es crucial tener una buena comunicación entre los compañeros con los que se esté realizando la actividad. De vez en cuando es conveniente preguntar a estos sobre su localización o qué están haciendo, para evitar este tipo de accidentes, según ha recomendado el portal web Caza y Ocio.
Pero también puede darse el caso de no tener el seguro del arma puesto, o tenerla en una posición inadecuada y poder sufrir una desagradable experiencia.
Por otro lado, es posible sufrir accidentes que, aunque no pongan en riesgo la vida propia o las de alrededor, es posible que llevan a problemas a corto o largo plazo. Por ejemplo, problemas de audición al no usar un protector auditivo o problemas oculares por el plomeo de los compañeros contiguos, por lo que es recomendable el uso de gafas de protección.