Los perros no son simples animales de compañía, a quienes sus dueños deben pasear y alimentar varias veces al día. Son también seres vivos, capaces de sentir si a sus compañeros humanos les ocurre algo o, mediante un adiestramiento, pueden convertirse en perros lazarillo que guían a personas con discapacidades visuales.
El perro del vecino salvó la vida de una mujer
El pasado 18 de diciembre, un suceso que podría haber terminado de otra forma muy distinta, acabó afianzando la relación entre un matrimonio y su vecino, gracias a la labor del perro de este último. Todo sucedió sobre las 19 horas de la tarde en Les Lèches -comuna francesa situada en el departamento de Dordoña (Francia)- cuando una mujer salió de su casa para apagar las luces de un pequeño árbol ubicado frente a su domicilio.
Por motivos que se desconocen, la mujer se desvaneció y cayó al suelo inconsciente. Cuando recuperó la consciencia, la mujer era incapaz de moverse y levantarse, aunque intentó hacer señas para que los vehículos que pasaban se parasen y le ayudasen.
Quien sí ayudó a esta mujer fue Mistral, el perro de raza golden retriever de su vecino, que escuchó los gritos de auxilio de la mujer. Tras reconocer que algo iba mal, Mistral comenzó a ladrar intensamente, lo que provocó que su dueño saliese a la calle para intentar calmar el revuelo. Sin embargo, el dueño entendió qué era lo que estaba sucediendo realmente y acudió a socorrer a la víctima, a quien la caída le ocasionó varios hematomas.
Después de que la mujer fuese atendida por los servicios de emergencia, su marido agradeció a su vecino su rápida actuación, a lo que el hombre respondió que hizo “lo que habría hecho cualquiera”. Además, el dueño del can admitió que “si hay un héroe en esta historia, ese es Mistral”.
Qué hacer si el perro del vecino no deja de ladrar
Aunque los perros ajenos o propios pueden resultar adorables, lo cierto es que, en determinadas situaciones, se les debe educar para que no cometan ciertas conductas molestas para las personas. Uno de estos momentos incómodos sucede cuando el perro del vecino está constantemente ladrando -sin que el dueño ponga remedio- y perturba la tranquilidad de los residentes de otras viviendas.
Como persona afectada, una de las acciones que no se debe implementar es la colocación de carteles en el ascensor o zonas comunes, instando a su dueño a tomar acciones. Este último puede percibir el mensaje anónimo como una amenaza, por lo que se debe comunicar este problema al dueño del animal canino en persona y de forma amistosa y asertiva.
Si tras la conversación con el propietario, se percibe cierta desgana o desinterés en las medidas propuestas, las personas afectadas deben trasladar a la comunidad la problemática, con el fin de que sea esta la que informe al dueño de las quejas y le solicite que ponga fin a los ladridos del animal.
Si, tras un tiempo prudente, los ruidos del animal de compañía persisten, el siguiente paso es presentar una denuncia ante la Policía Municipal o Local, que es la que tiene competencias en este tipo de cuestiones. Tras una evaluación exhaustiva del caso, las autoridades podrán decretar que el animal se encuentra en una situación de pseudo-abandono, resultando en una prohibición de poseer otros animales de compañía en un plazo de tres años, imposición de multas y la salida del perro del domicilio.