Este tipo de noticias no se publican casi nunca, principalmente porque es algo que no sucede. De hecho, según últimos datos difundidos por el Ministerio del Interior, en las últimas dos décadas solo poco más de 30 presos se han dado a la fuga, y todos volvieron a la cárcel en ese mismo año. Y en realidad, la mayoría de las ‘escapadas’ se realizaron desde fuera, es decir, por parte de personas que cumplían su condena en régimen abierto y que no regresaron al centro penitenciario cuando debían. Gran parte del resto de las fugas se dieron aprovechando las visitas a hospitales o a los juzgados.
Todo esto para destacar que lo que ha ocurrido este domingo es, en efecto, algo que no sucede nunca. O prácticamente nunca: dos presos se han fugado de la cárcel de Picassent, en Valencia, según han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras de la situación, que han precisado que la huida de ambos internos se produjo durante la noche del sábado al domingo. Se ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.
La información que ha trascendido, de acuerdo con lo que han publicado los medios locales Las Provincias y Levante, es de película. Los internos lograron escapar utilizando sábanas trenzadas como cuerda y forzando los barrotes de una ventana. Según Levante-EMV, los fugitivos, identificados como David M. G., de 39 años, y Sergio C. D., de 43, ambos de nacionalidad española y con antecedentes por robos violentos, habrían ejecutado su plan durante la noche del sábado al domingo, eludiendo los sistemas de seguridad del recinto.
Descenso con sábanas
La fuga fue detectada alrededor de las 23:30 horas, cuando una patrulla que realizaba una ronda rutinaria en el perímetro del penal notó que un portón, utilizado habitualmente como salida de vehículos, presentaba signos de haber sido forzado. Tras el hallazgo, los funcionarios de prisiones realizaron un recuento de internos en los módulos de cumplimiento. Fue entonces cuando se confirmó la ausencia de los dos reclusos, quienes se encontraban en celdas contiguas dentro de un módulo destinado a presos condenados por delitos violentos.
Los internos habrían esperado a que se realizara el recuento nocturno para poner en marcha su plan de escape. Este incluyó la manipulación de los barrotes de una ventana, desde la cual descendieron utilizando las sábanas trenzadas hasta la zona del gimnasio del penal. Posteriormente, lograron salir del recinto por el portón trasero, aunque aún no se ha esclarecido cómo lograron evitar el doble perímetro de seguridad, las cámaras de videovigilancia y los sistemas de alarma. Las autoridades investigan si los fugitivos contaron con ayuda externa para concretar su huida.
Esta no es la primera vez que se registra una fuga en el centro penitenciario de Picassent. En julio de 2022, otro recluso logró escapar por la puerta principal del penal sin un plan de evasión elaborado, aprovechando una serie de fallos en los protocolos de seguridad. En aquella ocasión, el interno se mezcló con los visitantes y abogados que ingresaban al recinto, logrando salir sin ser detectado.