Los vecinos de un edificio no pueden más: el olor a vino caliente de la tienda del bajo invade los pisos y “apesta”

Esta situación es motivo de quejas desde 2018, cuando una antigua residente describió el ambiente como “irrespirable” debido al olor constante

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Ejemplo de un local en
Ejemplo de un local en la planta baja de un edificio (Adobe Stock)

Tener un local comercial justo debajo de casa puede ser una fuente constante de inconvenientes. Sin embargo, cuando ese establecimiento se dedica a la venta de vino caliente, las molestias pueden multiplicarse. Además de las habituales preocupaciones por el ruido, el constante flujo de clientes y los horarios prolongados, se suma un desafío un tanto peculiar: los olores.

El aroma del vino caliente, especiado con canela, clavo y otros ingredientes, puede resultar atractivo en pequeñas dosis, pero para los vecinos que viven encima del local, puede convertirse en una molestia constante, especialmente si las instalaciones no cuentan con una ventilación adecuada. Y si no que se lo digan a una comunidad de vecinos de Estrasburgo -ciudad francesa conocida como la ‘Capital de la Navidad’-, donde esta bebida navideña ha generado tensiones entre sus residentes y el restaurante ubicado en su planta baja. Según ha informado el medio galo Actu.fr, los habitantes del inmueble han expresado su creciente frustración debido a los persistentes olores que emanan del local durante la temporada navideña: “Apesta a vino”.

Desde 2018 con el mismo problema

El restaurante, situado en el centro de la ciudad, prepara cada año el popular vino caliente con especias, una bebida emblemática de los mercados navideños de la región. Sin embargo, el proceso de cocción del vino, realizado en un espacio conectado al edificio residencial, provoca que los intensos aromas se filtren hacia los pasillos y las viviendas. Según detalló el medio francés, esta situación ha sido motivo de quejas desde al menos 2018, cuando una antigua residente describió el ambiente como “irrespirable” debido al olor constante. Aunque el propietario del restaurante intentó mitigar el problema instalando un cortinaje en una ocasión, los esfuerzos no lograron resolver la molestia de los vecinos.

Vasos de vino caliente, una
Vasos de vino caliente, una bebida navideña (Adobe Stock)

Además del problema olfativo, los residentes han señalado otra complicación derivada de la actividad del restaurante. Y es que, la puerta principal del edificio, que también sirve como acceso a la tienda del restaurante, permanece abierta con frecuencia para facilitar el ingreso de los clientes. Esto no solo incrementa la circulación de los olores, sino que también ha derivado en incidentes de robos dentro del inmueble, por lo que los vecinos han manifestado su preocupación por la seguridad.

“El local comercial tiene derecho a utilizar la puerta”, admite un vecino, “pero debería mantenerla cerrada”. Este inconveniente podría resolverse pronto, ya que el local situado al final del pasillo ha sido vendido recientemente. Esto abre la posibilidad de que, finalmente, se instale una puerta adecuada para regular su uso. En cuanto a los olores, el comerciante admite no entender: “La gente dice que huele bien, en general”.

Estrasburgo, famosa por sus mercados navideños y su ambiente festivo, atrae cada año a miles de turistas que buscan disfrutar de sus tradiciones. Sin embargo, este caso pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las comunidades locales al equilibrar las demandas del turismo y las necesidades de los residentes. Mientras el vino caliente sigue siendo un símbolo de la temporada, para los vecinos de este edificio, su aroma se ha convertido en un recordatorio constante de un problema sin resolver.

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