El problema de los altos precios de la vivienda no solo afecta a España, sino que se extiende por la mayor parte de Europa. Un ejemplo es la frontera entre Francia y Suiza, donde un nuevo ‘El Dorado’ que está atrayendo a los trabajadores se ha convertido también en una pesadilla inmobiliaria.
El lugar es el municipio suizo de Les Fourgs, ubicado a 1.000 metros de altitud y a solo 1 kilómetro de la frontera con Francia. El pueblo, de poco más de 1.000 habitantes, parece un destino ideal: campos verdes, montañas blancas, casas limpias de tejados rojos, sueldos altos, necesidad de trabajadores, ambiente seguro y relajado... Todos estos factores han atraído a numerosos franceses que buscan empleo, pero este éxito ha tenido también consecuencias negativas.
Ante la mayor demanda, los precios de la vivienda han aumentado drásticamente, forzando a algunos trabajadores a vivir en condiciones precarias. Varios de ellos, incapaces de pagar lo que se pide por un alquiler, se han instalado en autocaravanas que han estacionado en un aparcamiento al pie de las pistas de esquí.
Según cuenta el diario local suizo Glick, el alcalde de Les Fourgs, Roger Belot, ya está advirtiendo sobre el problema y pide una solución a las autoridades estatales. “Con Suiza tan cerca, encontrar vivienda es casi imposible. Tan pronto como una casa o apartamento está disponible, se alquila el mismo día. Los precios suben y los inmuebles se vuelven más escasos”, ha comentado, en declaraciones a ese medio.
En cuanto a las autocaravanas, el mandatario ha señalado que “este fenómeno ya lleva un año”. “Estas personas van rotando por las comunas fronterizas y se instalan de manera clandestina en los bosques. Esto genera problemas ambientales relacionados con las aguas residuales y la gestión de los residuos”, ha explicado el alcalde.
Geoffrey, un joven originario de la región parisina que llegó a esta frontera hace un mes, es uno de los que viven en ese estacionamiento. Mientras busca empleo en el sector de la pastelería, vive en una caravana: “Es un poco más complicado, pero se puede. En cuanto al confort, tengo calefacción, estoy bien aislado, no hay ningún problema”, dice al diario suizo.
Para evitar que la situación se descontrole, el alcalde planea crear una zona de estacionamiento para una decena de caravanas antes de la primavera. Sin embargo, esta iniciativa genera inquietud entre algunos vecinos, según Le Parisien. “Aunque todo marcha bien por ahora, me preocupa que sigan llegando más y no podamos acogerlos”, comentó una residente jubilada.
El alcalde reconoce la gravedad del problema y afirma que no puede afrontarlo solo. Señala que las demás poblaciones fronterizas también deben colaborar. “Debemos acoger a estas personas que trabajan y ofrecerles condiciones de vida dignas”.
Otros lugares en los que no hay vivienda
El caso de este pueblo suizo ilustra un problema más general que también sufren algunas capitales europeas.
En Portugal, decenas de personas viven en tiendas de campaña a las afueras de Lisboa, en un campamento improvisado que reúne a familias que no pueden pagar ni siquiera un alquiler, pese a tener trabajo. El precio de la vivienda del país casi se duplicó entre 2015 y 2022, según un estudio coordinado por el exministro luso de Economía, Carlos Tavares, y Lisboa ya está entre las ciudades europeas más caras de Europa.
Y en Reino Unido, según cálculos del Gobierno, el 14% de las personas sin hogar tienen un trabajo a jornada completa. “Un número sin precedentes de familias se enfrentan a quedarse sin hogar debido a la incapacidad del Gobierno para controlar nuestro ruinoso mercado de la vivienda”, ha criticado Matt Downie, director de Crisis, una organización de ayuda a los sin hogar.