La política y la Lotería de Navidad: del pellizco que se llevó Pedro Sánchez a las sospechas de blanqueo de Carlos Fabra por sus siete premios

La relación de la política y la Lotería de Navidad es una historia de azar, pero también de polémica por las sospechas de blanqueo de dinero sobre ciertos dirigentes demasiado agraciados. En el caso de estos últimos, los nombres de Carlos Fabra y Juan Antonio Roca son los que suenan con más fuerza. Más allá de estos ejemplos, la celebración de este sorteo ha dejado otras anécdotas alejadas de la ilegalidad, como el pellizco que se llevó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en 2022.

El dirigente socialista ganó 320 euros gracias a su participación en el sorteo con tres décimos: dos de ellos procedían de los números compartidos en la sede del PSOE en Ferraz y uno de la Oficina de Prospectiva y Estrategia de España. El propio líder del Ejecutivo comunicó este premio en una conversación informal con los periodistas durante la celebración de la tradicional copa navideña ofrecida en la Moncloa ese año.

Otra representante política agraciada fue Silvia Limones, diputada del PSOE en el Parlamento balear. El día que se estrenaba en la tribuna de oradores en el pleno del debate de presupuestos, la representante ibicenca se enteró de que se había llevado el segundo premio de la Lotería de Navidad de 2015. Según informó, destinó los 120.000 euros obtenidos a “ahorrar y tapar agujeros”.

Estos casos contrastan con otros polémicos ganadores que estuvieron envueltos en causas judiciales —relacionadas precisamente con la Lotería— y que fueron condenados posteriormente. El caso más conocido es de Carlos Fabra. El expresidente del PP de Castellón y expresidente de la Diputación provincial, que se definía como “gran comprador”, ganó hasta siete grandes premios de la Lotería de Navidad y del Niño entre 2000 y 2011. En 2002 ganó 29.400 euros en varios premios de la lotería. Dos años después, obtuvo otros 23.300 euros. En 2008 le tocó un premio gordo de dos millones de euros. Por último, en 2010 y 2011 también recibió premios.

En 2014, el Tribunal Supremo ratificó la condena de cuatro años de cárcel para el expresidente de la Diputación de Castellón por defraudar a Hacienda casi 700.000 euros entre 1999 y 2003. Los jueces reflejaron en la sentencia que “solamente fuentes ocultas expliquen razonablemente las cantidades consideradas como ganancias no justificadas”. Según la doctrina de la Sala de lo Contencioso, “aun dándose todos los parámetros del perito de la defensa, habrá aflorado un capital o ganancia de origen no declarado y no justificado”.

Pese a la evidencia de “fuentes ocultas” detrás de su patrimonio y las informaciones periodísticas, Fabra nunca ha confirmado si recurrió a la compra de billetes premiados para blanquear dinero. Cabe señalar además que el expresidente provincial del PP se enfrenta a otro proceso judicial por el caso Aerocas por un delito de cohecho. En concreto, será juzgado en mayo de 2025 por presuntas irregularidades en un patrocinio de la empresa Aerocas, que gestiona el aeropuerto de Castellón, con el deportista Álex Debón.

Otro caso fue el de Juan Antonio Roca, la mano derecha del exalcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz. El principal acusado en el caso Malaya y exgerente de urbanismo del Ayuntamiento durante el Gobierno de Jesús Gil ganó 50 grandes premios de juegos de azar en 15 años. En el juicio, dio la sorpresa al reconocer que compró décimos de lotería premiada, así como cupones de la Once, Bonoloto y quinielas. Según la Fiscalía Anticorrupción, el importe total presuntamente blanqueado mediante dicha práctica fue de 646.000 euros.

Al ser preguntado por el motivo de haber recurrido a esta práctica ilegal, Roca argumentó que se trataba de “evitar el pago del impuesto” de la propiedad vendida por su esposa: “Por medio de ese mecanismo, los 198.000 euros pasan a las cuentas de mi mujer sin pagar el 45% del IRPF que le hubiera correspondido pagar”, detalló en el juicio.

Otro político bajo sospecha, aunque menos mediático, es Miguel Zerolo, exsenador por Tenerife y exalcalde de Tenerife por Coalición Canaria durante 16 años. Después de Fabra, fue el segundo dirigente que más dinero ganó en sorteos de lotería. Acumuló un total de 145 papeletas premiadas en dos sorteos consecutivos de 2001: diez décimos de la Lotería de Navidad (que sumaron 43.000 euros) y 135 décimos de la Lotería del Niño (14.605 euros).

En 2019, el Tribunal Supremo ratificó la condena de siete años para el exsenador por los delitos de malversación de caudales públicos y prevaricación en la operación inmobiliaria de la playa de Las Teresitas. La compraventa de la finca rústica, que se efectuó con el dinero obtenido de los premios, fue calificada de “pelotazo de libro” por la Unidad de Apoyo a la Fiscalía Anticorrupción.

Asimismo, en el sumario del caso se llegó a poner en duda el supuesto azar en los sorteos de 2001: “Es mucha casualidad (la probabilidad es ínfima) adquirir diez y 135 décimos de dos sorteos consecutivos, con un desembolso considerable, de 3.000 pesetas por décimo, que suman unas 435.000 pesetas —no había rastro en las cuentas bancarias—, y ser todos premiados”.